Page 313 - Orgullo y prejuicio
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––Muchas veces pienso ––decía–– que no hay nada peor que separarse
de las personas queridas. ¡Se queda una tan desamparada sin ellas!
––Pues ya ves, ésa es una consecuencia de casar a las hijas ––observó
Elizabeth––. Te hará más feliz que las otras cuatro sigamos solteras.
No es eso. Lydia no me abandona porque se haya casado, sino porque el
regimiento de su marido está lejos. Si hubiera estado más cerca, no se
habría marchado tan pronto.
Pero el desaliento que este suceso le causó se alivió en seguida y su
mente empezó a funcionar de nuevo con gran agitación ante la serie de
noticias que circulaban por aquel entonces. El ama de llaves de Netherfield
había recibido órdenes de preparar la llegada de su amo que iba a tener
lugar dentro de dos o tres días, para dedicarse a la caza durante unas
semanas. La señora Bennet estaba nerviosísima. Miraba a Jane y sonreía y
sacudía la cabeza alternativamente.
––Bueno, bueno, ¿conque viene el señor Bingley, hermana? ––pues fue
la señora Philips la primera en darle la noticia––. Pues mejor. Aunque no
me importa. Tú sabes que nada tenemos que ver con él y que no quiero
volver a verlo. Si quiere venir a Netherfield, que venga. ¿Y quién sabe lo
que puede pasar? Pero no nos importa. Ya sabes que hace tiempo
acordamos no volver a decir palabra de esto. ¿Es cierto que viene?
––Puedes estar segura ––respondió la otra––, porque la señora Nicholls
estuvo en Meryton ayer tarde; la vi pasar y salí dispuesta a saber la verdad;
ella me dijo que sí, que su amo llegaba. Vendrá el jueves a más tardar;
puede que llegue el miércoles. La señora Nicholls me dijo que iba a la
carnicería a encargar carne para el miércoles y llevaba tres pares de patos
listos para matar.
Al saber la noticia, Jane mudó de color. Hacía meses que entre ella y
Elizabeth no se hablaba de Bingley, pero ahora en cuanto estuvieron solas le
dijo:
––He notado, Elizabeth, que cuando mi tía comentaba la noticia del día,
me estabas mirando. Ya sé que pareció que me dio apuro, pero no te figures
que era por alguna tontería. Me quedé confusa un momento porque me di
cuenta de que me estaríais observando. Te aseguro que la noticia no me da