Page 309 - Orgullo y prejuicio
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insolentes palabras que le había dirigido! Estaba avergonzada de sí misma,

                pero orgullosa de él, orgullosa de que se hubiera portado tan compasivo y
                noblemente.  Leyó  una  y  otra  vez  los  elogios  que  le  tributaba  su  tía,  y
                aunque  no  le  parecieron  suficientes,  le  complacieron.  Le  daba  un  gran

                placer, aunque también la entristecía pensar que sus tíos creían que entre
                Darcy y ella subsistía afecto y confianza.

                     Se levantó de su asiento y salió de su meditación al notar que alguien se
                aproximaba;  y  antes  de  que  pudiera  alcanzar  otro  sendero,  Wickham  la

                abordó.
                     ––Temo  interrumpir  tu  solitario  paseo,  querida  hermana  ––le  dijo

                poniéndose a su lado.
                     ––Así es, en efecto ––replicó con una sonrisa––, pero no quiere decir
                que la interrupción me moleste.

                     ––Sentiría molestarte. Nosotros hemos sido siempre buenos amigos. Y
                ahora somos algo más.

                     ––Cierto. ¿Y los demás, han salido?
                     ––No sé. La señora Bennet y Lydia se han ido en coche a Meryton. Me

                han dicho tus tíos, querida hermana, que has estado en Pemberley.
                     Elizabeth contestó afirmativamente.

                     ––Te envidio ese placer, y si me fuera posible pasaría por allí de camino
                a Newcastle. Supongo que verías a la anciana ama de llaves. ¡Pobre señora
                Reynolds! ¡Cuánto me quería! Pero me figuro que no me nombraría delante

                de vosotros.
                     ––Sí, te nombró.

                     ––¿Y qué dijo?
                     ––Que habías entrado en el ejército y que andabas en malos pasos. Ya

                sabes que a tanta distancia las cosas se desfiguran.
                     ––Claro ––contestó él mordiéndose los labios.

                     Elizabeth creyó haberle callado, pero Wickham dijo en seguida:
                     Me  sorprendió  ver  a  Darcy  el  mes  pasado  en  la  capital.  Nos
                encontramos  varias  veces.  Me  gustaría  saber  qué  estaba  haciendo  en

                Londres.
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