Page 328 - Orgullo y prejuicio
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La enhorabuena de Elizabeth fue tan sincera y tan ardiente y reveló
tanto placer que no puede expresarse con palabras. Cada una de sus frases
cariñosas fue una fuente de dicha para Jane. Pero no pudo quedarse con
Elizabeth ni contarle la mitad de las cosas que tenía que comunicarle
todavía.
––Voy a ver al instante a mamá ––dijo––. No puedo ignorar su
afectuosa solicitud ni permitir que se entere por otra persona. Él acaba de ir
a hablar con papá. ¡Oh, Lizzy! Lo que voy a decir llenará de alegría a toda
la familia. ¿Cómo podré resistir tanta dicha?
Se fue presurosamente en busca de su madre que había suspendido
adrede la partida de cartas y estaba arriba con Catherine.
Elizabeth se quedó sonriendo ante la facilidad y rapidez con que se
había resuelto un asunto que había causado tantos meses de incertidumbre y
de dolor.
«¡He aquí en qué ha parado ––se dijo–– la ansiosa circunspección de su
amigo y toda la falsedad y las tretas de sus hermanas! No podía darse un
desenlace más feliz, más prudente y más razonable.»
A los pocos minutos entró Bingley, que había terminado su corta
conferencia con el señor Bennet. ––¿Dónde está su hermana? ––le dijo al
instante de abrir la puerta.
––Arriba, con mamá. Creo que bajará en seguida.
Entonces Bingley cerró la puerta y le pidió su parabién, rogándole que
le considerase como un hermano. Elizabeth le dijo de todo corazón lo
mucho que se alegraba de aquel futuro parentesco. Se dieron las manos
cordialísimamente y hasta que bajó Jane, Bingley estuvo hablando de su
felicidad y de las perfecciones de su amada. Elizabeth no creyó exageradas
sus esperanzas de dicha, a pesar del amor que cegaba al joven, pues al buen
entendimiento y al excelente corazón de Jane se unían la semejanza de
sentimientos y gustos con su prometida.
La tarde transcurrió en medio del embeleso general la satisfacción de
Jane daba a su rostro una luz y una expresión tan dulce que le hacían
parecer más hermosa que nunca. Catherine sonreía pensando que pronto le
llegaría su turno. La señora Bennet dio su consentimiento y expresó su