Page 329 - Orgullo y prejuicio
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aprobación en términos calurosísimos que, no obstante, no alcanzaron a
describir el júbilo que sentía, y durante media hora no pudo hablarle a
Bingley de otra cosa. Cuando el señor Bennet se reunió con ellos para la
cena, su voz y su aspecto revelaban su alegría.
Pero ni una palabra salió de sus labios que aludiese al asunto hasta que
el invitado se despidió. Tan pronto como se hubo ido, el señor Bennet se
volvió a su hija y le dijo:
––Te felicito, Jane. Serás una mujer muy feliz. Jane corrió hacia su
padre, le dio un beso y las gracias por su bondad.
––Eres una buena muchacha ––añadió el padre–– y mereces la suerte
que has tenido. Os llevaréis muy bien. Vuestros caracteres son muy
parecidos. Sois tan complacientes el uno con el otro que nunca resolveréis
nada, tan confiados que os engañará cualquier criado, y tan generosos que
siempre gastaréis más de lo que tengáis.
––Eso sí que no. La imprudencia o el descuido en cuestiones de dinero
sería imperdonable para mí. ––¡Gastar más de lo tenga! ––exclamó la
señora Bennet––. ¿Qué estás diciendo? Bingley posee cuatro o cinco mil
libras anuales, y puede que más. Después, dirigiéndose a su hija, añadió:
¡Oh, Jane, querida, vida mía, soy tan feliz que no voy a poder cerrar ojo
en toda la noche! Ya sabía yo que esto llegaría; siempre dije que al final se
arreglaría todo. Estaba segura de que tu hermosura no iba a ser en balde.
Recuerdo que en cuanto lo vi la primera vez que llegó a Hertfordshire,
pensé que por fuerza teníais que casaros. ¡Es el hombre más guapo que he
visto en mi vida!
Wickham y Lydia quedaron olvidados. Jane era ahora su hija favorita,
sin ninguna comparación; en aquel momento las demás no le importaban
nada. Las hermanas menores pronto empezaron a pedirle a Jane todo lo que
deseaban y que ella iba a poder dispensarles en breve.
Mary quería usar la biblioteca de Netherfield, y Catherine le suplicó que
organizase allí unos cuantos bailes en invierno.
Bingley, como era natural, iba a Longbourn todos los días. Con
frecuencia llegaba antes del almuerzo y se quedaba hasta después de la