Page 237 - Fantasmas
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Joe HiLt
Los metió en dos bolsas de basura grandes y los sacó por la
puerta de atrás.
Yo entendí por qué lo hizo. A Nick no le resultaba fácil
salir con chicas. Se sentía acomplejado por su cara reconstrui-
da, que en realidad no tenía tan mal aspecto. La mandíbula y la
barbilla le habían quedado demasiado cuadradas, quizá, y con
la piel demasiado tirante, de manera que en ocasiones parecía la
caricatura de un personaje de cómic siniestro. No es que fuera
el hombre elefante, pero cuando intentaba sonreír resultaba
bastante patético el modo en que se esforzaba en mover los la-
bios y enseñar sus dientes falsos blancos y fuertes, a lo Clark
Kent. Se pasaba el día mirándose al espejo buscando deformi-
dades, los defectos que hacían que los demás chicos lo evita-
ran. No le resultaba fácil relacionarse con chicas, yo había te-
nido más experiencias que él y era tres años más joven. Con todo
aquello en su contra, no podía permitirse el lujo de no parecer
cool. Los cómics tenían que desaparecer.
La chica se llamaba Angie. Era de mi edad y nueva en el
colegio, de modo que aún no había tenido tiempo de enterar-
se de que mi hermano era un pringado. Olía a pachuli y lleva-
ba una gorra de punto con los colores de la bandera jamaica-
na. Estábamos juntos en clase de literatura y me reconoció. Al
día siguiente teníamos un examen sobre El señor de las moscas.
Le pregunté si le había gustado el libro y me dijo que aún no
lo había terminado, así que me ofrecí a ayudarla a estudiar.
Para cuando Nick terminó de deshacerse de nuestra co-
lección de cómics ambos estábamos tumbados boca abajo, jun-
tos, viendo Spring Break en MTV.
Yo había sacado la novela y cuando ella llegó estaba re-
pasando algunos pasajes que había subrayado... algo que no
solía hacer. Como ya he dicho, yo era un estudiante medio-
cre y desmotivado, pero El señor de las moscas me había in-
teresado, había despertado mi imaginación durante una se-
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