Page 84 - Fantasmas
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FANTASMAS



        perro  salió disparado  ladrando  histérico  y saltó sobre Art.  Sus
        pezuñas  arañaban  y patinaban por su pecho de plástico. Art se
        apoyó en  mi hombro  para darse impulso y saltó hacia el techo.
        Era  capaz  de saltar  cuando  era  necesario.  Una  vez  arriba,  se
        agarró al ventilador  —que  por suerte  estaba  apagado— y per-
        maneció  allí, sujeto  a una  de las aspas,  mieñtras  el pitbull la-
        draba  y saltaba  debajo de él.
              —Pero  ¿qué es  esto?  —pregunté.
              —Nuestro  nuevo  perro  —contestó  mi padre—.  Como  tú
        querías.
              —Esto  no  es  un  perro  —repuse  yo—,  sino  una  licuado-
        ra  con  pelo.
              —¡Escucha!  ¿Quieres  ponerle un  nombre  o lo hago yo?
        —preguntó  mi padre.
              Art y yo nos  escondimos  en  mi habitación  y barajamos
        posibles  nombres.
              —Copo  de nieve —propuse—.  Terrón,  Rayo de sol.
              «¿Qué tal Feliz?  Suena  bien, ¿no?»
              Estábamos  bromeando,  pero  lo de Feliz  no  tenía  ningu-
        na  gracia.  En sólo una  semana  Art y yo tuvimos  al menos  tres
        encontronazos  potencialmente  mortales  con  el desagradable
        perro  de mi padre.
              «S1 me  clava los dientes  se  acabó.  Me dejará como  un  co-
        lador.»
              Era imposible enseñar  a Feliz a hacer fuera sus  necesidades,
        dejaba su  mierda  por todo  el cuarto  de estar  y era  difícil  distin-
        guirla por el color marrón de la alfombra.  En una  ocasión mi pa-
        dre pisó una  con  los pies descalzos y se puso como  loco. Persiguió
        a Feliz escaleras  abajo con  un  mazo  de croquet,  y al intentar gol-
        pearlo hizo un  agujero en la pared y, al coger impulso hacia atrás,
        rompió varios  platos que había en la encimera  de la cocina.
              Al día siguiente  construyó  una  perrera  con  cadena  en  el
        lateral  del jardín.  Feliz  entró  y se  quedó allí.




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