Page 239 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 239
--Me está extorsionando -dijo Richie a su madre, que sólo tomaba una tostada.
Estaba tratando otra vez de perder unos kilos-. Esto es extorsión, espero que te
des cuenta.
--Sí, querido, me doy cuenta -dijo su madre- Tienes huevo en el mentón.
Richie se limpió.
--¿Tres dólares si tengo todo listo cuando vuelvas a casa, esta noche? -preguntó
al periódico.
Los ojos de su padre volvieron a aparecer brevemente.
--Dos con cincuenta.
--Oh, vaya -suspiró Richie-. Eres peor que Rico Mac Pato.
--Es mi ídolo -dijo Went tras el periódico-. Decídete, Richie. Quiero leer este
comentario de boxeo.
--Hecho -dijo Richie y volvió a suspirar.
Cuando los padres lo tenían a uno pillado, sabían muy bien cómo apretar.
Mientras cortaba el césped practicó sus voces.
7.
Terminó (el frente, la parte trasera y los lados) a las tres de la tarde del viernes y
comenzó el sábado con dos dólares y cincuenta centavos en los bolsillos de su
vaquero. Casi una fortuna. Llamó a Bill, pero Bill le dijo que tenía que ir a Bangor
para su terapia.
Richie le dio su pésame y agregó, con su mejor voz de Bill el Tartaja:
--D-d-dales c-c-con t-t-todo, Gg-gran B-b-bill.
--Vete al cuerno, T-t-tozier-dijo Bill y cortó.
A continuación, Richie llamó a Eddie Kaspbrak, pero lo encontró aún más
deprimido que a Bill. La madre había comprado un billete de autobús.
Irían a visitar a las tías de Eddie que vivían en Haven, en Bangor y en Hampden,
respectivamente. Las tres eran gordas, como la señora Kaspbrak, y las tres
solteras.
--Las tres van a pellizcarme la mejilla y dirán cuánto he crecido -se quejó Eddie.
--Eso es porque saben que eres encantador, Eds, como yo. Desde la primera
vez que te vi me di cuenta de que eras un niño muy encantador.
--A veces eres un plomo, Richie.
--Entre colegas nos conocemos, Eds, y tú eres el mejor de nosotros. ¿Irás a Los
Barrens la semana que viene?
--Supongo que sí, si vosotros también vais. ¿Quieres que juguemos a
pistoleros?
--Puede ser. Pero... Gran Bill y yo tenemos algo que contaros.
--¿Qué?
--En realidad, creo que le corresponde contarlo a Bill. Hasta pronto. Que te
diviertas con tus tías.
--Muy gracioso.
Su tercera llamada fue a Stan el Galán, pero Stan había caído en desgracia con
sus padres por romper la ventana mientras jugaba. Tenía que pasarse el fin de
semana haciendo tareas en la casa y probablemente también el fin de semana