Page 437 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 437
A la quinta llamada tuvo suerte. Beverly Rogan estaba inscrita en el Town
House. Su suerte fue sólo parcial, porque Beverly había salido. Dejó su nombre,
su número y un mensaje para que Bev la llamara en cuanto volviese, por tarde
que fuese.
El empleado del hotel repitió el mensaje. Luego, Kay fue a la planta alta y tomó
otro Valium. Después se acostó a esperar el sueño. El sueño no vino. "Lo siento,
Bev -pensó, mirando la oscuridad, flotando en la droga-. Lo que él dijo que me
haría... no pude soportarlo. Llama pronto, Bev. Por favor, llama pronto. Y cuídate
de ese loco hijo de puta con quien te casaste."
5.
El loco hijo de puta con quien Bev se había casado, tuvo más suerte con las
combinaciones de transportes de la que había tenido su mujer el día anterior
porque de O.Hare, centro de la aviación comercial de Estados Unidos. Durante el
vuelo leyó una y otra vez la breve nota sobre el autor incluida en el volumen de
"Los rápidos negros". William Denbrough había nacido en Nueva Inglaterra y tenía
otras tres novelas publicadas (también disponibles, se agregaba, en ediciones
Signet). Vivía en California con su esposa, la actriz Audra Phillips. Por entonces
estaba dedicado a otra novela. Al notar que esa edición de "Los rápidos negros"
databa de 1976, Tom dio por sentado que, desde entonces, el sujeto habría
escrito otras obras.
Audra Phillips... La había visto en el cine, ¿no? Rara vez prestaba atención a las
actrices (Tom llamaba buenas películas a las de crímenes, persecuciones o
monstruos), pero si esa mujer era la que él pensaba, había reparado
especialmente en ella porque se parecía muchísimo a Beverly: pelo largo y rojo,
ojos verdes, tetas estupendas.
Se irguió en el asiento, dándose golpecitos en la pierna con la novela, tratando
de olvidar que le dolía la cabeza y la boca. Sí, estaba seguro. Audra Phillips era la
pelirroja de las tetas buenas. La había visto en una película con Clint Eastwood y,
un año después, en otra de terror: "Luna de cementerio". En esa ocasión había ido
con Beverly; al salir del cine, él le había mencionado que esa actriz se le parecía
mucho. "No lo creo -había dicho Bev-. Yo soy más alta y ella es más bonita.
Además, su pelo es más oscuro." Eso fue todo. Hasta el momento no había vuelto
a pensar en el asunto.
"Él y su esposa, la actriz Audra Phillips..."
Tom tenía vagas nociones de psicología que había usado para manipular a su
mujer durante sus años de casados. Y ahora lo carcomía una idea más
desagradable, más sensación que idea: Bev y ese Denbrough habían jugado
juntos en la niñez y Denbrough se había casado con una mujer que, pese a la
opinión de su mujer se parecía asombrosamente a ella.
¿A qué habían jugado Denbrough y Beverly de niños? ¿A doctores? ¿A papá y
mamá?
¿A que otros juegos?
Tom, sin dejar de golpearse la pierna con el libro, sintió que le palpitaban las
sienes.