Page 111 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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decir, no tenemos un pensadero —como Dumbledore en el que introducir
nuestros recuerdos y que permanezcan inalterables pase el tiempo que
pase—. Nuestros recuerdos y nuestro pasado no son tan fiables como
pensamos.
Esto no significa que lo que recordamos de nuestra vida no nos haya
sucedido, pero es interesante tener en cuenta que las cosas tal vez no
sean cien por cien como las rememoramos porque eso puede ayudarnos
a relativizar cuando a veces nos obsesionamos con el pasado como le
pasa a Diana.
En este punto le haríamos ver a Diana que con las herramientas que
tenía no pudo hacerlo mejor, que su «yo del pasado» no tenía la misma
información que su «yo actual» y que todos somos humanos y nos
equivocamos. También le explicaríamos que el ayer al que no deja de
darle vueltas no es real, y que seguir haciendo eso solo le hace sentir
mal y le convierte en esclava. Por último, le enseñaríamos a prestar más
atención al momento presente y a soltar pensamientos relacionados con
lo que pasó.
Aquí van algunas ideas para gestionar mejor la tristeza:
Trata de ver tu identidad de amigo, pareja, hijo, profesional, etc., como imágenes tuyas
que te ayudan a entender cómo eres, pero que no te definen ni las necesitas.
Cuando te sientas preparado y te apetezca hacerlo, escríbele una carta de despedida a lo
que sientes que has perdido para que te ayude a dejarlo ir.
Escríbele una carta a tu tristeza para cambiar la forma de relacionarte con ella. (Este punto
está más desarrollado en el epígrafe «Ejercicio 3. Ya no mandas»).
Si sientes tristeza, trata de aceptar, validar, permitir y expresar tu emoción de la forma más
amable que puedas. (Este punto está más desarrollado en el epígrafe «Ejercicio 4. Oreo»).
Haz un horario semanal con actividades placenteras para comprometerte a cumplir un
mínimo de ellas con las que te sientas bien y a poder ser, ve poco a poco aumentándolas.
Procura tratarte bien a ti mismo y dejar de culparte por algo que ya no puedes cambiar.
Haz actividades que te obliguen a mantener tu mente en el presente. Por ejemplo:
deporte, manualidades, pintura, dibujo, etc. Cuanto más tiempo pases en el presente
menos pensarás en el pasado.