Page 97 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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afrontarlo.  Si  descubriéramos  que  no,  podríamos  intentar  trabajar  para
               cambiar esa idea haciéndole valorar más sus recursos y enseñándole a

               poner  límites  en  el  trabajo  si  siente  que  no  llega  a  todo.  También  le

               podría venir genial hacer alguna actividad que le ayudase a relajarse o a
               liberar  tensión  como  válvula  de  escape.  Por  ejemplo:  salir  más  con

               amigos, hacer deporte o realizar alguna nueva afición.





               Mala relación con sus pensamientos





                      Hasta los pensamientos más monstruosos pueden convertirse

                      en gatitos si cambiamos el foco.





                  Hay una frase que repito mucho en consulta: «Los pensamientos son
               como  los  pájaros.  Si  les  das  de  comer,  vienen  más».  A  veces  no

               podemos elegir lo que pensamos, pero sí tenemos más control sobre los

               pensamientos del que creemos.

                  ¿Qué  significa  dar  de  comer  a  los  pensamientos?  Ante  un
               pensamiento  podemos  hacer  dos  cosas:  atenderlo  o  ignorarlo.  Adivina

               cuál de las dos opciones hace que el pensamiento se repita. Adivinaste

               bien;  si  lo  atendemos,  el  pensamiento  se  repetirá,  y  si  lo  ignoramos,
               cada vez aparecerá menos veces. Qué fácil, ¿no? ¿Por qué no se nos

               ha  ocurrido  antes?  Pues  porque  estamos  tan  fusionados  con  nuestra

               mente que ni siquiera somos conscientes de que lo que nos pasa por la
               cabeza no es la realidad.

                  A mí me gusta explicar a mis pacientes la metáfora siguiente: un niño

               pequeño pide insistentemente a sus padres algodón de azúcar en la feria
               y ellos no se lo quieren dar. En este ejemplo el niño es tu mente, el padre

               o la madre eres tú y el algodón de azúcar es tu atención. El niño —tu
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