Page 23 - labalandra_nro1
P. 23
PÁGINA 23
T R A D U C T O R E S
propiedad intelectual sobre la obra. Sin embargo, no pareja de polacos emigrados a Estados Unidos. En mi
sería preciso decir que el traductor es un escritor, pues lectura de ese texto, una vez que el narrador refería
las traducciones no tienen el mismo régimen que las la procedencia de los personajes y su dificultad para
“escrituras directas”. En general, las traducciones es- hablar el inglés, ya no era relevante inventar un pid-
tán más sujetas a los dictados de las gramáticas y los gin polaco-argentino que podía llegar a ridiculizarlos
diccionarios, y constituyen, por tanto, una excelente cuando, en realidad, eran personajes nobles en la eco-
instantánea del estado de una lengua en un momento
determinado. Es por ello que se dice que las traduccio- “El traductor es soberano
nes envejecen: suelen estar más fechadas que las escri-
turas de escritor. Lo de tomarse libertades con el texto en sus elecciones, una vez
solamente puede entenderse respecto de una idea de
fidelidad, de traición. Siempre le huyo a esa transposi- que ha hecho una lectura
ción de categorías morales al campo de la traducción, interpretativa del texto
y prefiero pensar que el traductor es soberano en sus
elecciones, una vez que ha hecho una lectura interpre- que va a traducir.”
tativa del texto que va a traducir.
–El mercado español y el latinoamericano tie- nomía del relato. La representación de hablas extran-
nen visiones encontradas sobre a qué “español” jeras y pidgins es un problema general de la literatura,
traducir, en especial en literatura: un autor japonés no únicamente de la traducción; eso es importante
traducido en Madrid puede encontrarse con que tenerlo en cuenta. Lo señala Cortázar en su introduc-
uno de sus personajes, en pleno Tokio, le dice a otro ción a 62 Modelo para armar.
“coño, tío, déjate ya de gilipolladas”, mientras que –Si fueras editora de tu propio sello, con absolu-
en Latinoamérica las traducciones circulan en ese ta libertad –incluida la económica– para establecer
híbrido llamado “español neutro” que busca dentro tu criterio, ¿a qué “español” pedirías que se traduz-
de lo posible borrar cualquier marca en el lengua- ca y por qué?
je que pudiera remitir a un país concreto. ¿Qué se –Creo que no pediría ningún español en parti-
gana y qué se pierde en cada una de esas elecciones? cular. Sobre todo porque ese pedido entraña muchas
–La discusión sobre la variedad usada en las tra- veces la autocensura del traductor: mejor evito el vo-
ducciones tiende a la repetición, a lo bizantino, como seo, mejor no pongo “guita”, o “bondi”, o lo que sea. La
siempre que se intenta responder a la pregunta ¿cómo autocensura de la propia variedad dialectal es algo que
hay que traducir?, sin reponer un contexto –histórico, no podría pedirle a nadie; lo hice durante años con
genérico, textual, etc.– para tratar de entender las elec- mis alumnos de traducción literaria. Ahora intento
ciones del traductor. El ejemplo de “gilipollas” –¡por abandonar los discursos prescriptivos.
qué siempre esa palabra!– en Tokio tiene su contra- –¿Cómo ves el campo de la traducción en la Ar-
parte en algunas traducciones argentinas de los seten- gentina hoy: lo que se traduce y quién lo traduce, lo
ta, en las que se utilizaba el voseo y palabras del lun- que se le ofrece al traductor y lo que se le demanda?
fardo. Puede decirse que los latinoamericanos somos –En general, entre las editoriales españolas y las
menos provincianos que los españoles, y sabemos de latinoamericanas hay una especie de división del tra-
las diferencias dialectales. Pero esto se vincula con la bajo. Mientras en España, los grandes trusts editoriales
pregunta anterior: una vez que el traductor ha hecho pueden pagar los derechos de traducción de la última
su propia lectura del texto fuente, los modos de plas- ficción europea y estadounidense, en América Latina
mar esa lectura pueden ser muchos. Doy un ejemplo. –o por lo menos en Argentina y México, que son los
Hace poco me tocó traducir un texto de Jack London dos casos que conozco mejor–, los editores suelen ver-
en el que dos personajes –no los principales– eran una se restringidos al “descubrimiento” de un nuevo autor,