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Historia social de la literatura y el arte
su mayor parte de entre las filas de la nobleza, es decir de la no
bleza de sangre 7. Pero a pesar de ello la nobleza seguía siendo de
ideas antidinásticas, era rebelde y fue un elemento fatal para la mo
narquía a la hora del peligro. Hizo frente común con la burguesía
contra la Corona, aunque las buenas relaciones entre ambas clases
habían sufrido mucho desde la implantación del centralismo. An
tes de eso, cuando se sintieron a menudo amenazadas ambas por el
mismo peligro, habían tenido frecuentemente que resolver comu
nes problemas administrativos, lo que había aproximado una a la
otra. Las relaciones empeoraron cuando la nobleza, sin embargo, re
conoció en la burguesía a su más peligroso rival. Desde entonces,
el Rey tuvo que terciar continuamente y reconciliar a la celosa
nobleza; pues aunque en apariencia él dominaba ambos partidos,
tenía que hacer concesiones a cada paso y mostrar su favor tan pron
to a unos como a otros 8. Una muestra de esta política de apaci
guamiento frente a la nobleza puede entreverse, por ejemplo, en el
hecho de que bajo Luis XV era mucho más difícil para un plebeyo
llegar a oficial del ejército que bajo Luis XIV. Desde el edicto de
1781, la burguesía estaba en general excluida del ejército. Lo mis
mo sucedía con los altos puestos eclesiásticos; en el siglo XVII ha
bía todavía entre los dignatarios eclesiásticos un cierto número de
miembros de origen plebeyo, como Bossuet y Fléchier, por ejem
plo, pero en el siglo XVIII apenas si se daba un caso. La rivalidad
entre la aristocracia y la burguesía se hizo, por una parte, más agu
da cada vez, pero, por otra, tomó las formas más sublimadas de una
emulación espiritual y creó una complicada red de relaciones espi
rituales en la que la atracción y la repulsión, la imitación y el des
precio, la estima y el resentimiento se conjugaban de manera múl
tiple. La igualdad material y la superioridad práctica de la
burguesía incitó a la nobleza a acentuar la desigualdad de origen y
la diferencia de tradiciones. Pero con la semejanza de las circuns
tancias externas se agudizó también por su parte la hostilidad de la
burguesía contra la nobleza. Mientras la burguesía estuvo excluida
del medro en la escala social, apenas se le ocurrió compararse con
7 Alberr Mathiez, La Révolution fran$.f I, 1922, pág. 8,
8 Karl Kautsky, Die Klassengegmsatze im Zeitalter der Franz. Revol,, 1923, pág. 14.
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