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Historia  social  de  la  literatura y  el  arte







                  mantiene  tan  reservado ante  las obras juveniles de Goethe, princi­



                 palmente  ante  Goetz  y  Werther Ul.  La  crítica  que  la  nueva genera­


                 ción  hacía  de  la  filosofía  popular  racionalista  estaba  justificada


                 ciertamente, pero en  las  circunstancias dadas se necesitaba más in­



                 teligencia  para  sobreponerse  a  las  incapacidades  del  racionalismo


                 que para seguir adherido a ellas. En su lucha contra la Iglesia, alia­


                 da  con  el  absolutismo,  la  Ilustración  se  había  vuelto  insensible  a


                 todo  lo que se  relacionara con  la religión  y con  las  fuerzas  irracio­



                 nales  en  la  historia,  y  los  representantes  del  Sturm  und Drang  es­


                 grimían  estas  fuerzas  irracionales  contra  la  realidad  «desencanta­


                 da», a  la que  no se sentían  ligados en  modo alguno.  Pero  con esto



                 no hacían más que responder a los deseos de las clases dominantes,


                 que se  esforzaban  en  distraer  la atención  para que ésta no se  fijase


                 en  la realidad, de  la que ellos disfrutaban.  Estas  clases  fomentaban



                 toda  mentalidad  que  presentara  el  significado  del  mundo  como


                 inexplicable  e  incalculable,  y  favorecían  la espiritualización  de  los


                 problemas, por medio de la cual podían ser encauzadas las tenden­


                 cias  revolucionarias  dentro de  la  esfera  intelectual,  y  la  burguesía



                 podía ser inducida a contentarse con una solución ideológica en vez


                 de práctica                      Bajo  la  influencia  de esta  droga,  la  intelectualidad


                 alemana perdió su sentido para el conocimiento positivo y racional



                 y lo sustituyó por la intuición y  la visión  metafísica.


                           El  irracionalismo  fue,  ciertamente,  un  fenómeno  común  a


                 toda Europa, pero se manifestó en todas partes esencialmente como



                 una  forma  de  emocionalismo,  y  sólo  en  Alemania  recibe  el  cuño


                 especial  de  idealismo  y  espiritualismo;  únicamente  allí se  convir­


                 tió  en  una  concepción  metafísica  que  despreciaba  la  realidad  em­


                 pírica y se  basaba en  lo intemporal e infinito, en  lo eterno y abso­



                 luto.  Como  forma  de  emocionalismo,  el  movimiento  romántico


                 tenía  todavía  una  conexión  inmediata  con  las  tendencias  revolu­


                 cionarias  existentes  entre  la  burguesía;  pero  como  forma  de  idea­



                 lismo y supranaturalismo,  por el contrario, se alejaba cada vez más


                de la ideología progresista burguesa. Es cierto que la filosofía idea-





                          111  Franz Mehring,  Die Lessing-Legende,  1893, pág.  371.

                          112 Cf.  Karl Mannheim, Das konservative Denken,  en  «Archiv.  fur Sozialwiss.  u.  So-


                zialpolit.»,  1927, vol.  57, pág.  91.





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