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Historia social  de  la literatura y  el  arte







                 sentir su influencia desde el Renacimiento en todos los períodos de


                desarrollo y  en  todas  las  clases  de  la sociedad,  y  tan  pronto  mues­



                 tra  una  tendencia  hacia  la  elasticidad  intelectual  y  la  movilidad


                como  una  aspiración a lo permanente y  universalmente  válido.  El


                racionalismo  del  Renacimiento  italiano  era  completamente  dife­


                rente  del  del  clasicismo  francés,  y  el  de  la  Ilustración  era  otra  vez



                distinto por  completo del  de  la aristocracia  cortesana  y  la  monar­


                quía  absolutista.  Había  un  racionalismo  burgués  y  progresista,


                pero  había  también  otro  peculiar  de  las  clases  conservadoras.  La



                burguesía  del  Renacimiento  tenía  que  luchar  contra  hábitos  y


                costumbres  paralizadores,  y,  concretamente,  su  racionalismo  mos­


                traba un carácter dinámico y antitradicional y una tendencia orien­



                tada  a  la  máxima  eficacia.  La  nobleza  contemporánea  era  ca-


                balleresco-romántica,  irracional  y  nada  práctica;  sin  embargo,


                principalmente  bajo  la presión  del  desarrollo económico, se adap­



                ta cada  vez  más desde  finales  del  siglo  XVI  al  racionalismo  de  la


                burguesía, aunque no sin  modificar ciertas manifestaciones de esta


                forma de pensamiento y experiencia.  Así se  sometió sobre  todo al


                antitradicionalismo de la ideología burguesa racionalista, pero eli­



                minó de su propia  imagen  del mundo medieval  todo  lo fantástico


                y lo novelesco, y desarrolló en el curso del siglo XVII  una filosofía


                del  orden  y  la  disciplina  que  era en  lo  esencial  tan  carente de  di­



                námica como  «razonable».


                          La  burguesía  de  la  Ilustración  estaba en  un  principio  bajo  la


                influencia de esta aristocracia de mentalidad y acción racionalistas,


                y tomó de ella ei ideal de un modo de vida estrictamente regulado y



                normativo,  aunque, por otra parte,  mantuvo  la vieja forma del  ra­


                cionalismo  procedente  del  Renacimiento,  y  desarrolló  conse­


                cuentemente la doctrina de  la eficiencia y la competición económi­



                cas.  Pero  la  burguesía  media de  la segunda mitad  del  sigio  XVIII


                volvió  la  espalda  al  racionalismo  en  algunos  aspectos,  y  dejó  de


                momento  su  interpretación a la  nobleza  y  a  la alta  burguesía.  Los


                estratos medios de la burguesía se volvieron rousseaunianos, senti­



                mentales  y  románticos,  mientras  las  clases  superiores,  por el  con­


                trario,  despreciaban  toda  sensiblería y  permanecían  fieles  a  su  in­


                telectual ismo.  La  burguesía progresista,  sin  embargo,  conservó  el






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