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Historia  social  de  la literatura y el arte








              tusiasmo de  los poetas alemanes por la Revolución  era  una actitud


              abstracta,  deformadora  de  la  realidad,  que  correspondía  a  los  au­


              ténticos sucesos  tan escasamente como la distraída tolerancia de las



              clases  dominantes.  Los  poetas  se  imaginaron  la  Revolución  como


              una gran discusión filosófica, y ios detentadores del poder la consi­


             deraron, a su vez, como una comedia que, en su opinión,  nunca po­


              dría convertirse  en  realidad  en  Alemania.  Esta  incomprensión  ex­



              plica el cambio completo que sufrió la  nación entera a partir de las


             guerras de liberación. El cambio de opinión de Fichte, republicano


             y racionalista,  que de  repente ve el período de la Revolución como



             la época de la  «absoluta pecaminosidad», es  extremadamente típi­


             co.  La  romantización  inicial  de  la  Revolución  tiene  ahora  como


             consecuencia la más vigorosa repulsa y da por resultado la identifi­


             cación  del  romanticismo  con  la  Restauración.  Cuando  el  movi­



             miento  romántico alcanza en Occidente su fase auténticamente re­


             volucionaria  y  creadora,  no  había  ya  en  Alemania  un  solo


             romántico que no se hubiera pasado ai campo conservador y legiti-



             mista  l8<;.


                        El  romanticismo  francés,  que  era  en  sus  inicios  una  «litera­


             tura de emigrados»  19°, siguió siendo hasta después de  1820 el por­



             tavoz  de  la  Restauración.  Hasca  la  segunda  mitad  del  decenio


              1820-1830 no evoluciona hacia un movimiento liberal que formu­


             la sus metas artísticas en analogía con la revolución política.  En In­



             glaterra,  lo  mismo  que  en  Alemania,  el  romanticismo  es  en  sus


             principios  prorrevolucionario,  y  hasta  las  luchas  contra  Napoleón


             no se vuelve conservador; sin embargo, después de ios años de gue­


             rra  realiza  un  nuevo  viraje  y  vuelve  a  acercarse  a  sus  primitivos



             ideales revolucionarios.  Finalmente,  tanto en Francia como en Ale­


             mania el  romanticismo  se  vuelve  contra la Restauración  y  la reac­


             ción, y, por cierto, de manera mucho menos inequívoca que la mis­



             ma  evolución política.  Pues  aunque  la  ideología  liberal  triunfa  en


             apariencia  en  las  constituciones  e  instituciones  de  Occidente,  la


             Europa moderna, con su política económica capitalista, sus monar­





                        589 Fritz Strich, Die Romantik ah europáische Bewegung,  en  Wblfflin-Fesischnft,  1924,

             pág.  54,


                       190 Georg Brandes, Hauptstrbmungen der Lit.  des.  19* Jabrh,,  1924,  I,  págs.  13  sigs.





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