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Rococó, clasicismo y romanticismo
quías militaristas e imperialistas, sus sistemas administrativos cen
tralistas y burocráticos, sus iglesias rehabilitadas y sus religiones
oficiales, es en igual medida creación de la Restauración que de la
Ilustración, y es igualmente justo ver en el siglo XIX un período
de oposición al espíritu de la Revolución como al del triunfo de las
ideas de libertad y progreso 191. Si ya el Imperio napoleónico signi
ficó la disolución de los ideales individualistas de la Revolución, la
victoria de los aliados sobre Napoleón, la Santa Alianza y la Res
tauración de los Borbones condujeron a la ruptura definitiva con el
siglo XVIII y con la idea de basar el Estado y la sociedad en el in
dividuo. Pero ya no podía ser desalojado de las formas de pensa
miento y experiencia de la nueva generación el espíritu de indivi
dualismo; esto explica la contradicción entre la política antiliberal
y las tendencias artísticas liberales de la época.
Para la Restauración, la aventura militar de Napoleón no era
más que el equivalente del crimen político de 1789, y el Primer
Imperio era simplemente la continuación de la ilegalidad y la anar
quía. Los legitimistas consideraban toda la época revolucionario-
napoleónica como una unidad, como la descomposición consecuen
te del orden antiguo, de la antigua jerarquía y de los antiguos
derechos de propiedad, Y el Imperio, a pesar de sus tendencias
reaccionarias, era aún más peligroso cuando parecía consolidar las
<onquistas de ia Revolución y crear un nuevo estado de equilibrio.
1.a Restauración significaba, frente a toda esta época revoluciona
ria, el principio de una nueva era. Salvaba lo que se podía salvar, y
pretendía crear un equilibrio entre lo que podía ser restablecido de
las viejas instituciones y lo que no podía ya ser modificado en las
nuevas. También en este aspecto la Restauración era simplemente
la continuación del período napoleónico; representaba igualmente
mi antagonismo entre los principios de la Revolución y las ideas
del anden régime, aunque con la diferencia de que Napoleón trató
l
■e conservar todo lo que era posible de las conquistas de la Revo
lución, mientras que la Restauración pretendía en todo lo posible
i onsiderar la Revolución como no hecha.
191 Cf. Ernst Troeltsch, Die Restaurationsepocbe am Artfang des ¡9- Jabrhunderts, en
Y»rtráge der Baltiscben LH. Ges.} 1913, pág. 49-
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