Page 210 - Hauser
P. 210

Rococó,  clasicismo  y  romanticismo







                 goría:  la  idea  de  la  juventud  como  fuerza  más  creadora y  superior


                 intrínsecamente a la vejez.  Esta es  una idea ajena sobre todo al cla­



                 sicismo, pero hasta cierto punto ajena también a toda cultura ante­


                 rior.  Naturalmente,  supo haber antes  una competencia entre gene­


                 raciones,  y  se  dio  una  juventud  triunfante  como  portadora  del



                 desarrollo artístico. Pero la juventud no había triunfado porque era


                 «joven»;  se  adoptaba  frente  a  ella  más  bien  una  cierta  prudencia


                 que  una  excesiva  confianza.  Sólo  desde  el  romanticismo  se  acos­


                 tumbra considerar a los  «jóvenes»  como los representantes natura­



                 les del progreso,  y  sólo desde  la victoria del  romanticismo sobre el


                 clasicismo se habla de la  injusticia fundamental de  la actitud  de la


                 generación vieja ante la juventud  196  La solidaridad de la juventud,



                  lo  mismo  que  la  insistencia  en  la  unidad  de  las  artes,  es  de  cual­


                 quier modo sólo un síntoma del alejamiento del  romanticismo con


                 respecto al  mundo de  los prosaicos  filisteos.  Mientras que  en el si­



                 glo XVIII se acentuaba la conexión de la literatura amena con la fi­


                  losofía,  ahora  la  literatura  es  designada  como  «arte»  de  manera


                 consecuente  197.  En  tanto  que  los  artistas  plásticos  tuvieron  el  or­


                 gullo  de  contarse  entre  la alta  burguesía,  subrayaron  la  semejanza



                 de su profesión con la de los  literatos, pero ahora los propios escri-


                  lores quieren  distinguirse de  la  burguesía y acentúan su parentes­


                 co con  los artistas que tienen algo de artesanos.



                            La auto complacencia y la vanidad de los románticos va tan le­


                  jos que, en contraste con su anterior esteticismo, que hacía del poe-


                  la  un  dios,  convierte  ahora  a  Dios  en  un  poeta.  «Dieu  n ’est  peut-


                  rtre  que  le  premier  poete  du  monde»,  dice  Gautier.  También  la



                  teoría del arte por el arte, que es naturalmente un fenómeno extre­


                  madamente  complejo  y  por  un  lado  expresa  una actitud  liberal  y


                  por  otro  una  actitud  quietista  conservadora,  tiene  su  origen  en  la



                  protesta contra la escala burguesa de valores. Cuando Gautier acen-


                  uía el  mero  formalismo y el  carácter de  juego del  arte,  cuando de­


                  sea  liberarlo  de  toda  idea  y  de  todo  ideal,  quisiera  liberarlo  sobre


                  todo  del dominio  del  orden burgués  de  la vida.  Cuando Taine  una



                  vez alababa a Musset a expensas de Hugo, se cuenta que Gautier le




                            196 A. Thibauder, op.  cit.,  pág.  121.

                            197  G.  Brandes, op.  cit.,  111,  pág.  9.





                                                                                    211
   205   206   207   208   209   210   211   212   213   214   215