Page 264 - Hauser
P. 264
Naturalismo e impresionismo
rriente dominante ya no es el l’art pour l’art de Théophile Gautier y
Gérard de Nerval. Ya no se es romántico en el sentido antiguo, aje
no al mundo, místico y mixtificador. El romanticismo continúa
existiendo, pero transformado y reinterpretado. La tendencia anti
clerical y antiiegitimista, que podía ser advertida ya a finales de la
Restauración, se convierte en una filosofía revolucionaria. La mayo
ría de los románticos se desprenden del «arte puro» y se pasan a las
filas de Saint-Simon y Fourier 22. Las personalidades dirigentes
-H ugo, Lamartine, George Sand- hacen profesión de un activismo
artístico y se ponen al servicio del arte «popular» exigido por los so
cialistas. El pueblo ha triunfado, y ahora se trata de dar expresión
también en el arte al cambio revolucionario. No sólo George Sand
y Eugéne Sue se vuelven socialistas; no sólo Lamartine y Hugo se
entusiasman con el pueblo; también escritores como Scribe, Du
mas, Musset, Mérimée y Balzac coquetean con las ideas socialis
tas 23. Sin embargo, este coqueteo termina pronto; pues así como la
Monarquía de Julio se aparta de los objetivos democráticos de
la Revolución y se convierte en un régimen de burguesía conserva
dora, así también los románticos se desprenden del socialismo y re
toman a su concepción artística anterior, aunque modificándola. Fi
nalmente, no queda ni un solo poeta importante fiel al ideal
socialista, y por el momento parece perdida la causa del «arte po
pular». En el arte romántico se opera un apaciguamiento interno; se
vuelve más burgués y más disciplinado. Bajo la dirección de La
martine, Hugo, Vigny y Musset surge, por una parte, un romanti-
cjsmo conservador y académico, y, por otra, un romanticismo de sa
lón elegante. Es vencida la violenta y poderosa rebelión de los
pri meros tiempos, y la burguesía acepta entusiasmada este román-
t icismo en parte sujeto a restricciones académicas y al mismo tiem
po casi «clásico» en su visón, y en parte fundido con el dandismo
de los discípulos de Byron 24. Sainte-Beuve, Villemain y Buloz son
las máximas autoridades, y el Journal des Débats y la Revue des Deux
22 H. J. Hunt, Le socialisme et le romantisme en France, 1935, págs. 195» 340.
Ibid, págs. 203 sígs.; A lbert Cassagne, La Théorie de l'art pour l ’art en France,
1006, págs. 61-71.
24 Cf. Edmond Es té ve, Byron et le romantismefranjáis, 1907, pág. 228.
265