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Naturalismo e impresionismo
estos objetivos. E iarte por ei arte se convierte para ios románticos
en su torre de marfil, en la que se cierran a toda actividad prácti
ca. Y, pagando por ella la incomprensión del orden social existen
te, compran la paz y la superioridad de una actitud meramente
contemplativa. Hasta 1830 la burguesía esperaba que el arte fo
mentara sus ideales, y así defendía la propaganda política por me
dio del arte. «El hombre no ha sido creado sólo para cantar, creer
y amar... La vida no es un destierro, sino una llamada a la ac
ción..,», escribe el Globe en el año 1825 26. Pero después de 1830
la burguesía se vuelve recelosa frente ai arte, y prefiere una neutra
lidad en vez de la antigua alianza. La Revue des Deux Mondes opina
ahora que no es necesario -e incluso que no es deseable- que el ar
tista tenga ideas políticas y sociales propias; y este es el punto de
vista que defienden los críticos más importantes, entre ellos Gus-
tave Planche, Nisard y Cousin 27. La burguesía se apropia del l’art
pour l’art; se ensalza la naturaleza ideal del arte y la alta categoría
del artista, situado por encima de partidos políticos. Se le encierra
en una jaula dorada. Cousin recurre a la idea de la autonomía de la
filosofía de Kant y renueva la doctrina del «desinterés» del arte; a
ello le ayuda mucho la tendencia a la especiaíización, que se ha
puesto en vigor con el capitalismo. El arte por el arte es, efectiva
mente, de un lado, la expresión de la división del trabajo, que se
acrecienta con la industrialización, y, de otro, ei baluarte del arte
contra el peligro de ser devorado por la vida industrializada y me
canizada. Por una parte significa la racionalización, el desencanta
miento y la restricción del arte; pero al mismo tiempo significa
también el intento de preservar su individualismo y su esponta
neidad a pesar de la mecanización general.
L’ art pour l’art representa indudablemente el problema más
colmado de contradicciones de la estética. Nada expresa tan agu
damente la naturaleza dualista e íntimamente dividida de la visión
estética. El arte, ¿es su propio fin y objeto, o es solamente un me
dio para un fin? Esta pregunta se contestará de manera diversa no
16 Artículo de Charles Rémusats de 12 de marzo de 1825, cit. por A. Cassagne,
»¡t. c i t pág. 37.
21 A. Cassagne, ibid.
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