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Historia social de  la  literatura y el arte








                  relación  igualmente  antitética  con  la  burguesía.  Su  odio  a  la bur­


                  guesía, como se ha  señalado con frecuencia,  es  la fuente de su  ins­


                  piración  y  el  origen  de  su  naturalismo.  En  su  manía persecutoria,



                  permite que el principio burgués se vuelva una sustancia metafísi­


                  ca, una especie de  «cosa en sí»  impenetrable e inagotable.  «El bur­


                  gués es para m í algo indefinible», escribe a un amigo.  En esta fra­



                  se puede notarse,  junto a la idea de lo  indefinido, también la de lo


                  infinito.  El  descubrimiento  de  que  la  burguesía  se  ha  vuelto  ro­


                  mántica  e  incluso  hasta  cierto  punto  se  ha  convertido  en  el  ele­


                  mento social romántico por excelencia, de que  los versos de los ro­



                  mánticos por  nadie son declamados con  tanto sentimiento y  tanta


                  emoción como por la burguesía, y de que las Emma Bovary son las


                  últimas representantes del  ideal romántico,  ha contribuido mucho



                  a apartar a  Flaubert  de  su  romanticismo.  Pero  Flaubert  mismo  es


                  un burgués en lo más profundo de su ser, y él lo sabe.  «Renuncio a


                  ser  clasificado  como  literato  -explica—  soy  simplemente  un  bur­
                                                                                                     ;

                  gués  que vive  retirado en  el  campo y  que  se ocupa de  la  literatu­



                  ra» 85. Durante el tiempo en que está procesado a causa de su nove­


                  la y prepara su defensa, escribe a su hermano:  «En el ministerio del


                  Interior deben  saber que  nosotros somos en  Ruán  lo que se  llama



                  una fam ilia,  y que  tenemos profundas  raíces en  la región.»  Pero el


                  carácter burgués de Flaubert  se  manifiesta sobre  todo en su méto­


                  do y su disciplina de trabajo y en su oposición al desorden del sis­


                  tema de creación llamado «genial». Cita las palabras de Goethe so­



                  bre  la  «exigencia  del  día»  y  se  impone  el  deber  de  ejercer  la


                 práctica  de  escritor  como  un  oficio  regular  y  burgués,  indepen­


                  dientemente de su gana y su desgana, de su inspiración y su humor.



                  Su lucha monomaníaca por la forma perfecta y su esteticismo obje­


                  tivo tienen su origen  en  esta concepción  burguesa y  artesana de  la


                  creación  literaria.


                            El l’art pour 1‘art,  como es sabido, corresponde sólo en parte al



                  sentimiento  romántico,  alejado  de  la sociedad  y  de  la  vida prácti­


                  ca; en cierto aspecto es precisamente la expresión de una actitud to­


                  talmente burguesa y artesana, concentrada totalmente en la obra y







                            **  Corresp.,  II, pág.  155.
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