Page 334 - Hauser
P. 334

Naturalismo e  impresionismo







                   tista en su seguridad  científica.  Esta es una expresión de  la misma


                   deificación  de  la  ciencia,  del  mismo  fetichismo  científico  que  ca­



                   racterizan  en  general  al  socialismo  y  son  propios  de  las  clases  so­


                   ciales que esperan su encumbramiento del triunfo de la ciencia.  El


                   hombre es  también  para Zola,  como  lo es  en  general  para la  ideo­



                   logía cientificista y socialista, un ser cuyas propiedades están deter­


                   minadas  por  las  leyes de  la herencia y el mundo circundante. Zola


                   llega a tal  extremo en su entusiasmo por las ciencias  naturales que


                   define el  naturalismo en la novela simplemente como la traslación



                   de los métodos experimentales a la literatura.  Pero  «experimento»


                   es aquí sólo una gran palabra que no tiene sentido alguno, o al me­


                   nos  no tiene en sí una significación más exacta que  «mera observa­



                   ción» l0\   Las  teorías  literarias de Zola  no están enteramente  libres


                   de  charlatanería,  pero  a pesar  de  ello  sus  novelas  tienen  un  cierto


                   valor teórico, porque aunque no contienen ningún juicio científico



                   nuevo son, sin embargo, como se ha afirmado con razón, creaciones


                   de  un  sociólogo  importante.  Y son  además,  lo  cual es de  la mayor


                   importancia desde el  punto de vista del  desarrollo artístico,  resul­


                   tado  de  un  método  de  trabajo  sistemático  y  científico  totalmente



                   nuevo  en  el  arte.  La experiencia del  artista  sobre el  mundo  carece


                   de plan  y de  sistema;  reúne,  por decirlo  así,  su material  empírico,


                   rasgos  y  datos  de  la vida,  que  lleva  consigo  y  deja  desarrollarse  y



                   madurar para  sacar  un  día de  este acopio  un  tesoro desconocido  e


                   inimaginable.  El  investigador  elige  el  camino  contrario.  Parte  de


                   un problema,  es decir de un hecho del que no se sabe  nada o no se



                   sabe precisamente lo que se  querría saber.  Para él comienza ahora,


                   con el planteamiento del problema,  la búsqueda y clasificación del


                   material, es decir el conocimiento más íntimo de aquel sector de la


                   vida  que  ha de  estudiar.  No  es  la  experiencia la que  le  conduce  al



                   problema,  sino el problema a la experiencia.  Este es también el ca­


                   mino  y  el  método  de  Zola.  Comienza  una  nueva  novela  como  el


                   profesor  alemán  de  la anécdota  comienza un  nuevo  curso,  esto  es,


                   con el  fin  de obtener  información  más  exacta sobre un  objeto que



                   le es desconocido. Lo que cuenta Paul Alexis sobre  los orígenes de








                             lü* Charles Brun, Le román social en Franee au X IX ' sikle,  1910, pág.  158.




                                                                                      335
   329   330   331   332   333   334   335   336   337   338   339