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Naturalismo e impresionismo
importantes logros naturalistas. Toda la novela inglesa moderna ha
sacado de él su arte de describir el ambiente, de dibujar los retratos,
de llevar el diálogo. Pero, en realidad, todas las figuras de este na
turalismo son caricaturas, todos los rasgos de la vida están en él agu
dizados, aumentados de dimensión, exagerados, todo se convierte
en un fantástico juego de sombras y retablo de titiritero, todo se
transforma en relaciones y situaciones estilizadas y estereotipadas
hasta llegar a la simplicidad del melodrama. Sus más amables figu
ras son locos rematados; sus más inofensivos pequeñoburgueses, ra
ros imposibles, monomaniacos, duendes; sus ambientes más cuida
dosamente dibujados son como bastidores de óperas románticas, y
todo su naturalismo produce a menudo sólo la actitud y estridencia
de visiones de sueño. Los peores absurdos de Balzac producen un
efecto más lógico que muchas de sus visiones. Las represiones y
compromisos Victorianos engendran en él un estilo completamente
desigual, indómito, «neurótico». Pero las neurosis no son siempre
absolutamente complicadas, y Dickens en realidad no tenía en sí
nada de complicado y diferenciado. Fue no sólo uno de los más in
cultos escritores ingleses, no sólo tan ignorante y tan iletrado como,
por ejemplo, Richardson o Jane Austen, sino, a diferencia de esta
última, que era ingenua y en muchos aspectos obtusa, un niño gran
de, que era insensible a los más profundos problemas de la vida. No
tenía en sí nada de intelectual, y tampoco pensaba nada en los inte
lectuales. Si alguna vez describía a un artista o pensador, se reía de
él. Frente al arte adoptaba la postura hostil del puritano, y la acen
tuaba todavía con la opinión sin espíritu y antiartística del burgués
práctico; lo consideraba en realidad como algo superfluo y aun la
mentable. Su oposición al espíritu era peor que burguesa, era pe-
queñoburguesa y filistea. Negaba toda comunidad con artistas, poe
tas y semejantes fanfarrones, como si quisiera con ello atestiguar la
solidaridad con su público U8.
El público lector estaba ya dividido en la época victoriana en
dos círculos perfectamente distintos, y Dickens era considerado, a
pesar de sus partidarios en las clases elevadas, como el autor del pú
148 O. Sitwell, op. cit.f pág. 16.
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