Page 439 - Hauser
P. 439
Historia social de la literatura y el arte
mo estético de la época como «decadencia». Des Esseintes, fino si
barita, es al mismo tiempo el prototipo del décadent exquisito. Pero
el concepto de decadencia contiene también rasgos que no están
necesariamente contenidos en el de esteticismo; así, ante todo, el
declinar de la cultura y el sentimiento de crisis, esto es, la con
ciencia de encontrarse al final de un proceso vital y ante 1a disolu
ción de una civilización. La simpatía hacia las antiguas culturas,
cansadas y refinadas, hacia el helenismo, hacia el último período
romano, el rococó y el viejo estilo «impresionista» de los grandes
maestros pertenece a la esencia del sentimiento de decadencia. Es
cierto que la sensación de estar ante un cambio de la historia de la
cultura se tuvo ya con anterioridad; pero en tanto que hasta aquí se
lamentaba el destino de pertenecer a una cultura envejecida, como
hacía por ejemplo Musset todavía, ahora se une al concepto de la
existencia vieja y cansada, del exceso de cultivo, y de la degenera
ción, la idea de una aristocracia espiritual. Se apodera de los hom
bres una auténtica embriaguez de ruina, una sensación que tampo
co es nueva ya, pero que ahora es mucho más fuerte que nunca. Son
innegables las conexiones con el rousseaunianismo, con el tedio by-
roniano de la vida y con el afán de muerte del romanticismo. El
mismo abismo atrae a los románticos y a los decadentes; el mismo
placer de destrucción, de autodestrucción, los embriaga. Pero para
los decadentes «todo es abismo», todo está lleno de miedo a la vida
y de inseguridad:
Tout plein de vague horreur, menant on ne sait oú,
como dice Baudelaire.
«Quién sabe si la verdad no es triste», decía Renán; palabras
del más profundo escepticismo que ninguno de los grandes rusos
hubiera suscrito. Pues para ellos puede ser triste todo, menos la
verdad. Pero cuánto más sombrías son las palabras de Rimbaud:
«Lo que no se sabe es tal vez terrible» (Le Forgeron). Se adivina de
qué impenetrable e inagotable enigma se siente rodeado cuando
añade a continuación: «Ya lo sabremos.» El abismo, que era para el
440