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Historia social de la literatura y el arte
el modo burgués de vida. Ambos tienen su origen en el individua
lismo y el irrealismo románticos, pero se han transformado entre
tanto, y la forma en que ahora se incorporan a la experiencia del ar
tista hay que atribuirla otra vez, sobre todo, a Baudelaire. Los ro
mánticos buscaban ya la «flor azul», el país de los sueños e ideales,
«Mais les vrais voyageurs -dice Baudeiaire- sont ceux-lá seuls que
partent pour partir...» Es la fuga real, el viaje a lo desconocido, lo
que se comprende, y no porque uno se sienta acraído, sino porque
se está disgustado por algo.
O Mort, vieux capitaine, il est temps! Levons l’ancre!
Ce pays nous ennuie, o Mort! Appareillons!
Si le ciel et la mer sont noirs comme Peñere,
Nos coeurs que tu connais sont remplis de rayons!
Rimbaud intensifica el dolór de la partida —«La vie est ab
,
senté, nous ne sommes pas au monde»— pero apenas si intensifica
la belleza de las palabras de adiós de Baudelaire, que no tienen pa
ralelo en toda la poesía moderna. Sin embargo, él es el único au
téntico heredero de Baudelaire, el único que realiza los viajes ima
ginarios del maestro y hace una forma de vida de lo que antes de él
no era más que meras escapadas al mundo de la bohemia.
En Francia, la bohemia no es un fenómeno uniforme y defini
do. No es preciso subrayar que la frívola y amable gente joven de
la ópera de Puccini no tiene nada en común con Rimbaud y su po
sesión por el espíritu del mal, o con Verlaine y su vacilación entre
la criminalidad y el misticismo. Pero la genealogía de Rimbaud y
Verlaine tiene muchas ramificaciones, y para describirla es necesa
rio distinguir entre tres fases y formas de vida de artista: el bohe
mio de la época romántica, el de la naturalista y el de la impresio
nista 227. La bohemia no era originariamente más que una
manifestación contra el modo burgués de vida. La bohemia estaba
compuesta por jóvenes artistas y estudiantes, que eran en su mayo
ría hijos de gente adinerada, y en los que la oposición a la sociedad
227 Cf. Rene Dumesnil, Uépoque real is te et naturaliste, 1945, págs. 31 sígs.; Ernesc
Raynaud, Baudelaire et la religión du dandysme, 1918, págs. 13 sig.
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