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Historia social de  la literatura y el  arte







             Schónberg e Hindemith hasta un antiespressivo que reniega de toda



             relación  con  la  música  del  sensible  siglo  XIX.  La  intención es  es­


             cribir, pintar y componer con la inteligencia,  no desde las emocio­


             nes;  unas veces  se  carga el  acento sobre  la pureza de  la estructura,


             otras sobre el éxtasis de la pasión metafísica, pero hay un deseo de



             escapar a toda costa del complaciente esteticismo sensual de la épo­


             ca impresionista.  El propio impresionismo, sin  duda, había estado


             ya bien cierto de la crítica situación en que se encontraba la cultu­



             ra estética moderna, pero el arte posimpresionista es el primero en


             acentuar  lo  grotesco  y  mendaz  de  esta  cultura.  De  aquí  la  lucha


             contra todos  los  sentimientos  voluptuosos  y  hedonísticos,  de  aquí


             la oscuridad,  depresión  y  carácter atormentado en  las  obras  de  Pi­



             casso,  Kafka y Joyce.  La aversión  al  sensualismo  del  arte  anterior,


             el  deseo de destruir sus  ilusiones van tan  lejos  que  el artista ahora


             se  niega a usar  incluso  los  medios  de  expresión de aquél,  y  prefie­



             re, como Rimbaud, crearse un lenguaje artificial propio. Schónberg


             inventa su sistema dodecafónico, y se ha dicho con razón de Picas­


             so que pinta cada uno de sus cuadros como si estuviera intentando


             descubrir el arte de  la pintura enteramente de nuevo.



                       La lucha sistemática contra el uso de los  medios  de expresión


            convencionales, y la consiguiente  ruptura con la tradición artística


            del siglo XIX, comienzan en  1916 con  el dadaísmo, fenómeno tí­



            pico  de  época de  guerra,  protesta  contra  la  civilización  que  había


             llevado  al  conflicto  bélico,  y,  por  consiguiente,  una  forma  de  de­


            rrotism o8. La finalidad de  todo el  movimiento consiste en  su opo­


            sición a los atractivos de las formas ya hechas de antemano y los cli­



            chés lingüísticos cómodos, pero sin valor, por estar ya gastados, los


            cuales  falsifican  el  objeto que  ha de  ser descrito  y  destruyen  la es­


            pontaneidad  de  la  expresión.  El  dadaísmo,  como  el  surrealismo,



            que  está de completo  acuerdo  con  él  en  este punto,  son  una lucha


            por lograr una expresión directa, es decir son un movimiento esen­


            cialmente romántico. La lucha se dirige contra aquella falsificación


            de la experiencia mediante formas de las que, como sabemos,  tuvo



            ya conciencia  Goethe,  y  que fue  el  impulso  decisivo  de  la revolu­




                       8  André Bretón,  W hat is $urrealism?>  1936, págs.  45  sigs.  (Ed, cast., ¿Quées el su­

            rrealismo?)





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