Page 492 - Hauser
P. 492
Bajo el signo del cine
de Joyce, y Tierra baldía, de T. S. Eliot, aparecen simultáneamen
te, en 1922, y dan las dos notas clave de la nueva literatura; una
de estas obras se mueve en la dirección expresionista y surrealista,
y la otra en la simbolista y formalista. La actitud intelectualista es
común a las dos, pero el arte de Eliot arranca de «la experiencia de
la cultura», y el de Joyce, de «la experiencia de la pura y primaria
existencia», según ha definido Friedrich Gundolf, que introduce
estos conceptos en el prólogo a su libro sobre Goethe, expresando
con esto un típico patrón de pensamientos de la época 13. En un
caso la cultura histórica, la tradición intelectual y el legado de las
ideas y de las formas es la fuente de inspiración; en el otro lo son
los hechos directos de la vida y los problemas de la existencia hu
mana. En T. S. Eliot y Paul Valéry el fundamento primario es
siempre una idea, un pensamiento, un problema; en Joyce y Kaf
ka, una experiencia irracional, una visión, una imagen metafísica
o mitológica.
La distinción conceptual de Gundolf es como la comprobación
de una dicotomía que va recorriendo todo el campo del arte mo
derno. Cubismo y constructivismo, por una parte, y expresionismo
y surrealismo, por la otra, encarnan tendencias estrictamente for
males o respectivamente destructoras de la forma, las cuales apare
cen ahora por primera vez juntas en tan violenta contradicción. La
situación es tanto más curiosa cuanto que los dos opuestos estilos
despliegan las más notables combinaciones y formas híbridas, de
manera que muchas veces se tiene más bien la impresión de una
conciencia escindida que de dos direcciones en lucha. Picasso, que
pasa bruscamente de una de las dos tendencias estilísticas a la otra,
es, al mismo tiempo, el artista más representativo de la época pre
sente. Pero llamarle ecléctico y «maestro del pastiche» 14, sostener
que no pretende más que demostrar en qué medida domina las re
glas de arte contra las que está en rebeldía15, compararle con Stra-
vinsky y recordar cómo, éste también, cambia de modelo y «utili
13 Friedrich Gundolf, Goethe, 1916.
M Michael Ayrton, A Master of Pastiche, New Writing and Daylight, 1946, págs,
108 sigs.
15 René Huyche-German Bazin, Histoire de l’art contmpora 'tn, 1935, pág. 223.
493