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Historia social de la literatura y el arte
especie de mitología, y en Joyce, aunque los análisis psicológicos
son perfectamente cuidadosos, lo mismo que los pormenores en la
pintura surrealista son absolutamente fíeles al natural, no sola
mente no hay héroes en el sentido de un centro psicológico, sino
que no hay esfera psicológica en la totalidad del ser. La depsicolo-
gización de la novela comienza ya con Proust25, quien, por ser el
mayor maestro en el análisis de sentimientos y pensamientos, mar
ca la cumbre de la novela psicológica, pero también representa el
incipiente desplazamiento del alma como realidad especial. Por
que, una vez que la totalidad de la existencia se ha convertido me
ramente en el contenido de la conciencia, y las cosas adquieren su
significación pura y simplemente a través del médium espiritual
por el que son experimentadas, ya no puede entrar en cuestión la
psicología según la entendieron Stendhal, Balzac, Flaubert, Geor-
ge Eliot, Tolstói o Dostoievski.
En la novela del siglo XIX el alma y el carácter del hombre
son vistos como el polo opuesto al m undo de la realidad física, y
la psicología es considerada como el conflicto entre sujeto y ob
jeto, el yo y el no yo, la interioridad y el mundo exterior. Esta
psicología deja de predominar en Proust. Él ño se ocupa tanto de
la caracterización de la personalidad individual, aunque es un ar
doroso retratista y caricaturista, como del análisis del mecanis
mo espiritual en cuanto que fenómeno ontológico. Su obra es
una summa no sólo en el sentido usual de contener un cuadro to
tal de la sociedad moderna, sino también porque describe todo
el aparato espiritual del hombre moderno con todas sus inclina
ciones, instintos, talentos, automatismos, racionalismos e irracio-
nalismos. Y U/ises, de Joyce, es la continuación directa de la
novela proustiana; nos hallamos en ella enfrentados con una en
ciclopedia de la civilización moderna según se refleja en el teji
do de los motivos que forman el contenido de un día en la vida
de una gran ciudad. El día es el protagonista de la novela. La eli
minación del argumento es seguida por la eliminación del héroe.
En lugar de una fluencia de acontecimientos, Joyce describe una
25 Cf. E. R. Curtius, Franzosischer Geist ira neuen Europa, i. 925, págs. 75 sig.
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