Page 57 - Hauser
P. 57

Historia social  de  ía  literatura  y  el  arte








                     puede contar con unos ingresos seguros                                                    En organizaciones como


                     la  «factoría literaria»  de Smollett, donde se trabaja al mismo tiem­


                     po en una traducción de Don Quijote,  en una Historia de Inglaterra,  en



                     un Compendio de viajes y en  una traducción de las obras de Volcaire,


                     hay trabajo para todo el que quiera manejar la pluma 59. Se oye ha­



                     blar mucho de  la explotación  de  los  autores en  este período,  y  los


                     editores con  toda seguridad  no eran precisamente  instituciones de


                     beneficencia; pero Johnson  los  elogia diciendo que eran  socios ge­


                     nerosos y de amplias miras, y sabemos que autores destacados y de



                     difusión probada recibieron por sus obras sumas cuantiosas, inclu­


                     so  según  la  estimación  de  hoy.  Hume,  por  ejemplo,  ganó  con  su


                     Historia de Gran Bretaña (1754-1761) 3.400 libras, y Smollett, con



                     su obra histórica (1757-1765),  2.000. Las circunstancias han cam­


                     biado  mucho  desde  los  días  de  Defoe,  el  cual,  sobre  todo  en  un


                     principio, no podía encontrar un editor para Robinson,  y al fin reci­


                     bió por el  manuscrito diez  libras.  Con  la  consecución  de  la  inde­



                     pendencia material, la estimación moral del escritor alcanza una al­


                     tura  hasta  ahora  desconocida.  Es  cierto  que  en  tiempos  del


                     Renacimiento los poetas y eruditos famosos eran  honrados y glori­



                     ficados,  pero  a  los  literatos  adocenados  se  les  colocaba  en  la  cate­


                    goría de los escribientes  y  los  secretarios  privados.  Ahora disfruta


                    por primera vez  el  escritor como  tal  de  la  atención  que se  debe al


                    representante  de  una  alta  esfera  de  la vida.  «Nous  protégeons  les



                    grands,  protecteurs  d ’autrefois»,  dice  un  filósofo  en  una  comedia


                    de  Dorat  5n.  Ahora  surge  por primera vez  el  ideal  de  la personali­


                    dad creadora del hombre genial artísticamente dotado, con su ori­



                    ginalidad  y  su  subjetivismo,  tal  como  lo  caracterizaba  Edward


                    Young en Investigaciones sobre la creación original (1759).


                               Lo genial de  la creación artística es  en la mayoría de los casos


                    solamente un  arma en ía lucha de competencias,  y el  modo subje­



                    tivo  de expresión  es  a  menudo  nada  más  que  una  forma de auto-


                    propaganda.  El  subjetivismo  de  los  poetas  del  prerromanticismo






                              5S A.  S.  Collins, Authorsbipt  págs.  269-270.

                              y) Leslie Scephen, op.  cit., pág.  i 48; George Sampson, The Concise Cambridge History


                   o f L i t 1942, pág.  508.

                              60 Cita de  F.  Gaiffe, Le Drame en  France au XVIII' siecle,  1910, pág.  80.





                                                                                        62
   52   53   54   55   56   57   58   59   60   61   62