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Historia social de la literatura y el arte
y trabajo ni la organización comercial de la producción de mercan
cías son nuevos. Máquinas había siglos atrás e incluso desde en
tonces existía una economía basada en el capitalismo, y también la
racionalización de la producción había ido en constante progreso.
Pero la mecanización y racionalización de la producción de mer
cancías entra ahora en una fase decisiva de su desarrollo, en la que
su pasado se liquida completamente. El abismo entre capital y tra
bajo se hace insalvable y el poder del capital, por un lado, y la opre
sión y la miseria de ia clase trabajadora, por otro, alcanzan un gra
do tal que hacen cambiar toda la atmósfera de la vida de la época.
Por viejos que sean los comienzos de esta evolución, a finales del
siglo XVIII surge un mundo nuevo.
Ahora por primera vez desaparece la Edad Media con todas sus
reliquias, su espíritu corporativo, sus formas peculiares de vida,
sus métodos de producción irracionales y tradicionales, para dejar
lugar a una organización del trabajo basada completa y totalmente
en la planificación y el cálculo, y a un individualismo desconsidera
do en la competencia. Con las grandes factorías completamente ra
cionalizadas de acuerdo con estos principios comienza la Edad Mo
derna en el auténtico sentido de la palabra, la era de las máquinas.
Surge un nuevo tipo de sistema de trabajo condicionado por los me
dios mecánicos, por la división estricta del trabajo y por un ritmo
de producción adaptado a las necesidades de la consumición masi
va. Y surge también, como consecuencia de ia despersonalización
del trabajo y de la emancipación de la capacidad personal del tra
bajador, una creciente objetivación de las relaciones entre patronos
y obreros. Y con la concentración de la clase trabajadora en las ciu
dades industriales y su dependencia de los fluctuantes mercados la
borales, aparecen condiciones más duras y formas de vida menos
libres. Para el capitalista, con su adscripción a una determinada
factoría, aparece una ética de trabajo nueva y más estricta; para el
jornalero, por el contrario, que no se siente en modo alguno liga
do a la factoría, decae el valor ético del trabajo. Y surge, finalmen
te una nueva articulación de la sociedad; una nueva clase capitalis
ta (la moderna clase patronal), una nueva clase media urbana
amenazada de extinción (los herederos de los pequeños y medianos
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