Page 64 - Hauser
P. 64
Rococó, clasicismo y romanticismo
la oportunidad, de la sistematización y el cálculo, que ha sido
i Iccisivo desde el siglo XV en la economía de los pueblos prepon
derantes, se convierte ahora de principio predominante en absolu-
i o. El empresario se somete a este principio tan incondicionalmen-
te como sus trabajadores y empleados, y se hace tan esclavo de su
empresa como su personal 6(\ La elevación del trabajo a la catego
ría de fuerza ética, su glorificación y adoración, no son fundamen
talmente otra cosa que la transfiguración de la aspiración al éxito
y al provecho y un intento de excitar a una cooperación entusiasta
incluso a aquellos elementos que tienen una participación mínima
en el fruto de su trabajo. La idea de la libertad forma parte de la
misma ideología. Por la arriesgada naturaleza de su negocio, el em
presario debe disfrutar de absoluta independencia y libertad de
movimientos; no puede ser molestado en su actividad por ninguna
intromisión externa, ni debe ser perjudicado por ninguna medida
estatal frente a sus competidores. En la victoria de este principio
sobre las regulaciones medievales y mercantilistas se apoya la esen
cia de la revolución industrial 67. Con el principio del laissez-faire
comienza realmente la economía moderna, y la idea de la libertad
individual se impone por primera vez como ideología de este libe
ralismo económico. Tales conexiones no impiden que tanto la idea
del trabajo como la de la libertad evolucionen hasta convertirse en
fuerzas éticas independientes y que a menudo sean interpretadas
en un sentido realmente idealista. Pero para no olvidar qué peque
ña fue la participación de este idealismo en la aparición del libe
ralismo económico, basta no perder de vista que ía exigencia de la
libertad de oficio se dirigió principalmente contra los hábiles
maestros, y con ello se descartó la única ventaja que poseían fren
te a los meros empresarios. El mismo Adam Smith estaba todavía
lejos de hablar en nombre de motivos tan idealistas cuando justi
ficaba la libre competencia; antes bien, veía en el egoísmo de los
hombres y en la persecución de los intereses personales la mejor ga-
M Cf. Lewis Mumford, Tecbnics and Civilisation, 1934, págs. 362-363. (EdL case.,
'
Técnica y civilización.)
67 Arnold Toynbee, Lectures on the Industrial Revolution of the JSth Century in En-
gland\ 1908, pág. 64.
69