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Rococó, clasicismo y romanticismo
primer lugar, en términos de contradicción y negación. Individuos
Inertes y voluntariosos hubo siempre, y el hombre occidental fue
*(insciente de su individualidad ya en el Renacimiento; pero un in
dividualismo como exigencia y protesta contra la despersonaliza-
( ion del proceso de la cultura no existe hasta la mitad del siglo
XVIII. También en la literatura, naturalmente, había conflictos en-
i re el yo y el mundo, la personalidad y la sociedad, el ciudadano y
<•1 Estado antes de ahora, pero el antagonismo nunca se experimen-
ló cual ahora como una consecuencia proveniente del carácter indi
vidual de la persona en conflicto con lo colectivo. El conflicto en el
drama, por ejemplo, no brotaba del motivo del extrañamiento fun
damental del individuo con respecto a la sociedad, o de la rebelión
consciente del individuo contra las trabas sociales, sino de una opo
sición concreta y personal entre los distintos personajes de la acción.
La explicación de la tragedia en el antiguo drama a base de la idea
de la individuación es completamente arbitraria, y en un análisis
más detallado se muestra insostenible, aunque halaga todavía se
mejante construcción de la estética romántica. Antes del período
romántico, el individualismo como actitud no ha sido nunca pro
blemático y no podía tampoco convertirse en motivo de un conflic
to dramático.
Lo mismo que el individualismo, también el emocionalismo
sirve a la burguesía sobre todo como medio de expresión de su
independencia espiritual con respecto a la aristocracia. Se encare
cen y se acentúan los sentimientos no porque repentinamente se
hayan sentido más fuertes e íntimos, sino que están autosugeridos
y exagerados porque representan una actitud opuesta a la actitud
aristocrática. El burgués, tanto tiempo despreciado, se mira en el
espejo de su propia vida espiritual y se encuentra más importante
cuanto más en serio toma sus sentimientos, sus humores y sus
emociones. En ios estratos medio y bajo de la burguesía, donde este
emocionalismo tiene las más profundas raíces, el culto de los sen
timientos no es sólo un premio al éxito, sino, al mismo tiempo,
una compensación por la falta de éxito en la vida práctica. Pero tan
pronto como la cultura de los sentimientos ha encontrado su ex
presión objetiva en el arte, se hace más o menos independiente de
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