Page 63 - Hauser
P. 63

Historia social ele  la  literatura  y el  arte







                     sanos  independientes; también ellos pierden sn independencia y la



                     sensación de seguridad.  La nueva técnica de producción priva tam­


                     bién a la clase propietaria de su tranquilidad y su confianza. La más


                     importante forma de riqueza era hasta ahora la posesión de  tierras,



                    que sólo  lenta y  tardíamente  se transformaba en  capital  comercial


                    y bancario; e incluso el capital en movimiento participaba en la in­


                    dustria solo en  mínima  parte 6\   Sólo a  partir de  1760  aproxima­


                    damente se convierte la empresa industrial en la forma preferida de



                    inversión  de  capitales.  Pero  la  explotación  de  una  fábrica,  con  su


                    instalación  de  máquinas,  su  consumo  de  material  y  su ejército  de


                    trabajadores,  presupone cada vez  mayores  medios  y  conduce a una



                    más intensa acumulación de capital que la requerida por las formas


                    hasta ahora existentes  de producción  de  mercancías.  Con  la  nueva


                    concentración de la riqueza y su inversión en medios de producción


                    se  inicia realmente la era del gran capitalismo 6\   Pero con  ella co­



                    mienza también  la fase de la especulación en gran escala de la evo­


                    lución  capitalista.  La  antigua  economía agraria  no conocía  en  ab­


                    soluto  el  riesgo  del  capital  ni  la  especulación,  e  incluso  en  las



                    empresas  industriales  y  financieras  el  atreverse  a  transacciones


                    arriesgadas  constituía  hasta  ahora  una  excepción;  pero  las  nuevas


                    industrias  se  hacen  gradualmente  demasiado  grandes  para  los  ca­


                    pitalistas,  y  los  empresarios  arriesgan  frecuentemente  cantidades



                    cuya pérdida sobrepasa  el  valor de  lo que  ellos  pueden  permitirse


                   perder.  Tan  aventurada existencia,  con  toda su  prosperidad  efecti­


                    va,  origina  un  sentido  de  la  vida  del  que  desaparece  irremisible­



                    mente el antiguo optimismo.


                              El nuevo tipo de capitalista, el jefe de empresa, desarrolla con


                   su  nueva función  en  la vida económica  nuevas aptitudes, pero, so­


                    bre  todo,  una disciplina laboral  y  una  nueva valoración  del  traba­



                   jo.  Hace  retroceder  en  cierto  modo  los  intereses  comerciales,  y  se


                   concentra en la organización interna de su empresa.  El principio de







                             M Paul  Mancoux, op.  c i t págs.  376, sigs.; John A.  Hobson, TheEvolution of Mockm


                   Capitalism,  1930, pág.  62.

                             6'  Werner Sombart, Der tnoderne Kaphalismus,  II,  1,  1924, 6.a ed.; cf.  Octo Hincze,

                   Der mod,  Kapitalismus ais hist,  Indivtdutm,  en  «Hist:.  Zschr.»,  1929,  voL  139, pág.  478.









                                                                                       68
   58   59   60   61   62   63   64   65   66   67   68