Page 40 - Los caminos de Virginia
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el reflejo del hombre sobre los astros, tal como lo simboliza su visión de la huella humana

                  sobre la luna; el reflejo de la velocidad y el tiempo lineal simbolizado en “las vías rectas que

                  rasgan atroces carruajes”; de la urbe mostrada como “las  noches ciegas de  torres

                  luminosas”. Confiando en el método que ofrece Claud Howard con respecto a la

                  interpretación  del monólogo dramático,  en  este caso el interlocutor de Nietzsche  es  él

                  mismo,  es su propio reflejo que  no puede distinguir  entre las visiones de decadencia.

                  Interpreto el reflejo borroso de Nietzsche (que al mismo tiempo son todos los hombres)

                  como el reflejo del ocaso del hombre, como  el desvanecimiento de lo humano y  el

                  consecuente reemplazo de la técnica. Este poema torna prescindible la introducción que

                  generosamente el poeta ofrece al lector porque en  él estarán contenidos los siguientes

                  poemas.



                  “Nietzsche” es el poema complementario de “Weimar 1900” y tiene como escenario el lecho
                  de muerte  del filósofo.  El personaje se  está  dirigiendo a un anónimo.  Las dos primeras


                  estrofas hacen referencia a su tesis de la “muerte de Dios” y las dos restantes a su propia

                  muerte. Al referirse a la muerte del mundo trascendente lo hace sublimando esta realidad,

                  con  imágenes  oníricas: “Está muriendo un ángel sobre un glaciar blanquísimo./ Está

                  muriendo un barco lleno de ancianos en una colina del cielo,/ en un aire cargado de delfines

                  livianos y azules” (2010, 234). Las dos últimas estrofas contrastan con las anteriores, las

                  imágenes ya no son oníricas, aterrizan y adoptan un tono nostálgico. Los versos evocan su

                  pasado, los prostíbulos, su amor frustrado: Lou Salomé, y finalmente, su infancia. El hecho

                  de que en el momento de su muerte y de la muerte de Dios, Nietzsche mire en los ojos de

                  Lou Salomé belleza y esperanza, determinará a su vez las presencias que se oponen a la

                  decadencia moderna: el amor y la belleza, la naturaleza y el arte.


                  El tercer poema “Un anarquista” es una narración relatada por un personaje anónimo. Si

                  aceptamos la tesis de que ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? es un cuerpo

                  orgánico que respeta una narración y que pretende desfragmentar acontecimientos,


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