Page 42 - Los caminos de Virginia
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que Ospina pretende narrar. Así pues, para exponer la primera parte de esta narración, es
decir el primer grupo de poemas, he optado por guiarme por su ensayo publicado en
Número que luego habría de hacer parte de Los nuevos centros de la esfera (2001) titulado
“Lo que nos deja el siglo XX”, Ospina recorre apartados de la historia de Occidente a partir
de la época que él llama “los siglos del optimismo”, es decir siglos XVIII y XIX, los cuales
estuvieron sumidos en una fe profunda en el progreso sumada a la adopción de un actitud
“civilizadora” y al asombro de los milagros del conocimiento. A finales del siglo XIX, los
países europeos fueron en conquista de los países africanos con el fin de explotar sus
recursos con el pretexto de una misión civilizadora. Con sarcasmo e ironía, Ospina
recuerda al lector la forma como Europa “mejoraba el orbe” hasta que esta actitud
progresista se le volvió en contra. Todos los descubrimientos e inventos fueron usados
contra el hombre mismo. En su ensayo titulado Consideraciones de actualidad sobre la
guerra y la muerte (1915), Freud considera asombroso, no sin decirlo también con cierta
ironía, que esos países que se representaban la guerra como un combate en el cual a pesar
de sus pérdidas humanas, respetarían lo suficiente a su enemigo tal como correspondería a
una región “civilizada”. Esta es la percepción que tiene Freud de la Primera Guerra
Mundial:
“No es tan sólo más sangrienta y más mortífera que ninguna de las pasadas, a causa del perfeccionamiento de
las armas de ataque y defensa, sino también tan cruel, tan enconada y tan sin cuartel, por lo menos, como
cualquiera de ellas. Infringe todas las limitaciones a las que los pueblos se obligaron en tiempos de paz (El
llamado Derecho Internacional) y no reconoce ni los privilegios del herido y del médico, ni la diferencia entre
los núcleos combatientes y pacíficos de la población, ni la propiedad privada.” (99).
Esta percepción de Freud frente a la guerra la comparte William Ospina y recuerda una
generación admirable de artistas en la cual estaban incluidos Georg Trakl y Guillaume
Apollinaire y que habrían de ser víctimas de la Primera Guerra. En la obra ¿Con quién habla
Virginia caminando hacia el agua?, Ospina no sólo otorga voz a las víctimas, sino también a
otros protagonistas como el caso de Benito Mussolini y de Rudolph Hess.
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