Page 46 - Los caminos de Virginia
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El poema hace referencia a la Segunda  Guerra Ítalo-Etíope, parte de la inconclusa

                  expansión de Italia por el Mediterráneo y la promesa de Mussolini de alzar un nuevo

                  Imperio Italiano: “…Han pasado dos mil setecientos ochenta y nueve años/ desde aquella

                  mañana de piedra en que Rómulo sembró los cimientos de un mundo, / de la eterna ciudad

                  que se  estremece con  nuestros gritos…” (2010, 249). La  masacre  en suelo etíope fue

                  inmensa, sin embargo, la ocupación italiana no pasó de una década.



                  “Rudolf Hess” al igual que el poema  dedicado a Apollinaire es una reivindicación del

                  personaje. El contexto es quizá el vuelo que Hess, ministro de Hitler,  emprendió hacia

                  Escocia evadiendo a la Royal Air Force y su posterior aterrizaje en paracaídas sobre suelo

                  inglés, donde habría  de ser apresado a pesar de alegar que había ido  allí para iniciar

                  conversaciones de paz. En el poema Hess, mientras está en el aire, observa desde arriba,

                  huesos de soldados, casas destruídas, lo describe como un “infierno”. Este paisaje lo toca, y

                  hay en él arrepentimiento y se hace consciente del error: “Yo comprendí el error, yo volé

                  sobre barrios en ruinas,/ yo vi las alas de la locura sobre los ojos fijos del Führer” (2010,

                  261). A continuación el personaje se dirige a Alemania y los exhorta a que olviden la guerra,

                  que abandonen tanto el nazismo, como el cristianismo y los invita, apelando a una visión

                  del futuro, a que recuperen  ese imaginario  de  los dioses antiguos: “Veo  en tu futuro,


                  borradas las cruz gamada y la cruz recta,  bajan a los sauces del agua las intrépidas
                  muchachas rubias, y en el centro de la sala inmensa, donde se bebe hidromiel y cerveza,


                  donde se canta hasta perder el aliento, donde se danza hasta perder la conciencia” (2010,

                  262).


                  He recorrido de manera superficial cada uno de los poemas que compondrían esta primera

                  parte referida a las dos guerras mundiales. Ahora bien, vale la pena explorar los comunes

                  denominadores que existen en este grupo de ejercicios poéticos. Por un lado, la presencia de

                  la muerte. Nótese que los personajes involucrados se expresan momentos antes de morir:



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