Page 47 - Los caminos de Virginia
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Nietzsche lo hace en su lecho de muerte, Apollinaire lo hace desde las trincheras y se dirige
a Lou: “Y ven así, intangible, serena, dulcemente,/ antes de que me besen las brasas en la
frente.” (2010, 244), luego de la descripción de los horrores del hospital en el que se
encuentra, Trakl finaliza diciendo, tal vez antes de inyectarse: “Y el beso de la muerte en los
tulipanes amargos/ que ascienden de la savia de las trincheras.” (2010, 246); Kafka se
expresa como si quisiera dejar un mensaje póstumo: “Si ves dos grises ojos de gato en la
gótica noche de Praga, comprenderás que temo morir si me duermo” (2010, 248); el
personaje anónimo de España, 1939 que sabe que su muerte está cerca se dirige de esta
manera: “Ay Carmela. /Ardan tus huesos/ sobre mis huesos” (2010, 251); Virginia Woolf
dialoga con el acompañante invisible mientras va en camino del río donde se suicidará, el
“Haiku de Hiroshima” es el instante en el cual la bomba cae sobre el suelo japonés. La
presencia de la muerte en ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? podría
explicarse por el contexto que se ha explorado en el primer capítulo. William Ospina está en
un espacio y un tiempo donde abunda la muerte.
Freud explicaba con respecto a la actitud frente a la muerte antes de la primera guerra, que
si bien se sostenía que ésta era inevitable y algo natural, el hombre se la negaba a sí mismo.
Así por ejemplo, el hombre no es capaz de imaginarse la suya ni la de sus seres queridos.
Pero es en tiempo de guerra cuando la muerte no se deja negar, es inevitable no creer en
ella. Es consciente de que no se muere una persona sino miles de personas en un día y ya
una bala en la frente deja de ser algo aislado y casual para luego pasar a ser algo frecuente y
de esa manera abandonan su casualidad. Sin embargo, ésta es apenas una de las
interpretaciones posibles. El símbolo en el arte se caracteriza por tener múltiples
significados y la muerte a través de la obra se muestra como un símbolo, la muerte no es, es
una carencia, así como cuando Nietzsche al referirse a la “muerte de Dios” se refiere a una
ausencia de divinidad. Tal vez sea éste el mismo significado que adopta Ospina. En la
modernidad no sólo se presiente la “muerte de Dios” sino también la “muerte del hombre”,
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