Page 52 - Los caminos de Virginia
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Así como los poemas “Weimar, 1900” y “Nietzsche”,  y “Guillaume Apollinaire” y

                  “Apollinaire canta una canción de fiebre” forman una pareja homogénea en cuanto a su

                  temática, Oración de Albert Einstein y Diálogo de dos extranjeros que toman café en un

                  salón de Berkeley la forman también. En el poema titulado “Oración de Albert Einstein”, a

                  través de un diálogo íntimo con una divinidad  oculta en la  naturaleza, el  protagonista

                  expresa su perplejidad al observar los fenómenos y la caída del mundo.


                  Advierto con profunda perplejidad

                  Que el hermoso guijarro que abandono en el aire
                  Se precipita recto hacia la tierra.

                  Tal vez para una hormiga que fuera en el guijarro
                  Sería más bien la tierra lo que cae. (2001, 264)



                  El poema es un ingenioso juego en el cual Ospina intercala imágenes poéticas y la teoría de

                  la relatividad. Sin embargo, no es esto lo único que se percibe en el poema. Es la batalla

                  interna, la tensión existente entre la ciencia y lo sagrado. Ospina pretende rescatar la belleza

                  de lo simple en un mundo cargado de imágenes sin sentido. Una referencia para exponer

                  este rescate  es la poesía de Walt Whitman, más precisamente  su obra titulada Hojas de

                  hierba (1855).  En  el extenso poema Canto a  mí mismo, el poeta  se asombra al ser

                  cuestionado por un niño que traía un puñado de hierba. Su curiosidad lo llevó a preguntar

                  “¿Qué es la hierba?”. La respuesta de Whitman es el silencio. La grandeza de ese pequeño

                  puñado de hierba supera cualquier conjetura, si acaso proyecta sospechas de la respuesta.

                  Un pañuelo que se ha dejado caer a propósito para que aquel que lo vea pregunte por su

                  dueño, un jeroglífico o una cifra que afirma crecer en todas partes, como diciendo, en la

                  naturaleza está presente el ejemplo de la verdadera democracia. En la obra de Goethe,

                  Werther, el personaje a través de los pájaros, de los mosquitos, los abejorros y el musgo,


                  logra ver “la vida interna, ardiente, sagrada de la Naturaleza” (51). Werther capta lo que la
                  naturaleza le revela, expresa que se siente también parte de ella y por lo tanto divinizado



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