Page 61 - Los caminos de Virginia
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humana ya que el hombre es el único ser que tiene el don de la razón, el velo de Maya sólo
puede ser corrido por aquel de mente aguda y aquel que logre integrarse en su infinitud,
afirma el Upanishad. El hombre es el único que tiene la capacidad de errar y experimentar,
solo así es posible acercarse a la verdad. El aprendizaje del hombre a través de sus errores y
limitaciones como una vía de perfeccionamiento de lo humano es un tema central en los
ensayos de Ospina. Los poemarios de Ospina son una ejercitación y un proceso de
perfeccionamiento para lograr lo que contemplaba y admiraba en Aurelio Arturo, una
poesía original. Al igual que Borges, se refiere a sus creaciones artísticas como “ejercicios
poéticos” y afirma en el prólogo de su recopilación de poemas tempranos que nadie
aprende a hacer poesía, pero que sí es posible aprender a escuchar esa voz misteriosa que no
se sabe si está en la mente o en el viento. “Cada vez volvemos a ignorar cómo se hace el
poema, cada vez tenemos que volver a aprender”. Platón afirmaba que la filosofía es al alma
lo que la gimnasia es al cuerpo, y Apollinaire en su ensayo dedicado al cubismo se refiere al
buen arte como resultado del trabajo. Así mismo, Ospina piensa que las catástrofes del
mundo contemporáneo son parte del aprendizaje, y su pretensión quizá sea que ¿Con quién
habla Virginia… active la memoria para que los errores del pasado no se vuelvan a cometer.
Nietzsche afirmaba que para grabar algo en la memoria del hombre debe ser a fuego y que
sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria. Ospina proyecta al lector el dolor, la
angustia, el sufrimiento de personajes del pasado en su poemario como un método para
activar la memoria del lector. Piénsese en la función educadora que cumplía la tragedia
griega que consistía en exponer el sufrimiento del personaje luego del revés de su fortuna
para que el asistente sintiese piedad y al mismo tiempo temor a los dioses, o los múltiples
espejos que ofrece Shakespeare en sus obras para que los asistentes se vean a sí mismos y las
consecuencias de la desmesura.
En el poema “El director de orquesta”, el personaje, un músico anónimo, se hace una serie
de preguntas que evidencian su asombro frente a los misterios y paradojas en el
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