Page 63 - Los caminos de Virginia
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Esta argumentación justificaría la frase poética  aparentemente contradictoria de Ospina

                  “perfección del abandono”. Aunque la palabra “azar” en su discurso emitido en la entrevista

                  aparezca contradictoria, no lo es, precisamente por la libertad  de la naturaleza y la

                  perplejidad del hombre ante las constantes revelaciones que la naturaleza le ofrece. Trataré

                  de  explicar lo anterior  con una de la  sentencias de Borges  de  sus  “Fragmentos  de un

                  evangelio apócrifo” incluidos en el Elogio de la sombra (1969): “la puerta es la que elige, no

                  el hombre” (331). El hombre si bien tiene  el don de la voluntad, no es suficiente para

                  conocer lo que la naturaleza en su libertad oculta en su seno misterioso. La historia,

                  siguiendo en esta línea, no es definida por el hombre, sino más bien, la historia define al

                  hombre. El tiempo, encarnado en el arte, en la roca o en el escombro, es el encargado a

                  través de sus virtualidades de  decidir si aquel quedará en la memoria de los hombres y

                  cómo.


                  Hay algo valioso en el poemario de Ospina, y es que no se puede decir que es una simple


                  colección de poemas dedicados a personajes reconocidos, sino a todos los hombres

                  encarnados  en la voz de un hombre, estos personajes actúan como la “voz de la tribu”.

                  Einstein es tan humano como aquel hombre anónimo que murió frente a los ojos de su

                  amor, Carmela. No es una pincelada al azar que una de las últimas líneas de “Un director de

                  orquesta” diga: “la salamandra no es menos importante que Shakespeare” (2010, 268). Así

                  mismo, Ospina sentencia en este poema que la vida “no es camino ni escala, porque la vida

                  no es expiación ni justicia, porque la historia no asciende hacia la plenitud, ni va buscando

                  la verdad ni lo eterno” (2010, 268), haciendo alusión a lo que ha pretendido ver el hombre

                  en la historia, un vector que se proyecta a la perfección y a lo ideal. Piénsese en la actitud del

                  positivismo y su visión del futuro como algo “mejor” y el pasado como algo que se ha de

                  olvidar. ¿Entonces si esto no es la historia qué es? Abandono y esfuerzo. La naturaleza se

                  manifiesta libremente, y el hombre ha de adquirir la mentalidad aguda y la actitud que exige






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