Page 68 - Los caminos de Virginia
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Apocalipsis de Juan por contemplación de Yohanan o una inspiración (nebua) visible, un

                  descubrimiento de Yaveh y, de Yeshua el Mesías.


                  Esta interpretación será usada para definir en qué consiste la imagen poética del apocalipsis:

                  una revelación al poeta, pero al mismo tiempo se le interpretará como una postura frente a

                  la historia. Norman Cohn en su obra En pos del milenio explica cómo los primeros relatos

                  apocalípticos se le atribuyen al pueblo judío, que a la postre retomaría el cristianismo bajo el

                  Imperio Romano, y que fueron un mecanismo para que estos grupos se consolidasen, se

                  fortaleciesen y se reafirmasen ante la amenaza o realidad de opresión (18). Papaioannou en

                  La consagración de la historia  hace notar que únicamente la  tradición  judeocristiana ha


                  buscado comprender el pasado y el porvenir en tanto que perspectivas ordenadoras de la
                  existencia, y mostrar  en la historia la revelación y la realización  de un orden de fines


                  trascendentes a los  de la naturaleza y  el cosmos. En  efecto, la conciencia histórica se
                  muestra por vez primera en  el profetismo judío y  en la espiritualidad judía que ve en


                  Yahveh al Dios de la historia que ha vivido y vive con su pueblo. Este dios no es como el

                  dios aristotélico, un dios contemplador de un cosmos eterno y que existe independiente de

                  él (75). Es un dios creador que ha sustraído al mundo de la nada y lo mantiene en el ser por

                  un acto de voluntad.


                  Yurkievich en La  movediza modernidad observa cómo en algunos  movimientos  de

                  vanguardia retoman esta postura apocalíptica, en particular la vanguardia que adopta la

                  directriz realista-historicista que concibe el artista como héroe negativo que se sacrifica en

                  aras del porvenir (97). El poeta que es un “elegido” pero que así mismo no es escuchado. El

                  poeta debe ser profeta cuya misión consiste en leer y descifrar el mundo. A él se le han

                  otorgado los siete sellos. Tomaré tres poemas que ilustrarán lo dicho anteriormente: Uno

                  será el titulado “El loco”, “Lo que dice en un banco de parque un anciano al que ya nadie

                  escucha” y “Profetas”.





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