Page 106 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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II. Indigenismo 109
sugirió una diferenciación de pedagogías entre indios y mestizos,
los de gradación más baja cultural y socialmente, los indios, due-
ños de “gran voluntad y pequeña inteligencia”: “La inteligencia
no es la facultad eminente y dominadora del indio […] el indio
parece haber dejado siempre de lado todo lo que en la inteligencia
humana puede llegar a ser fuente de goce mental o estético”. 47
Y otra educación para los mestizos “inteligentes, pero aqueja-
dos de desorden, indisciplina y superficialidad”. Para los primeros
se fundó en un método pedagógico paternal de amor y paciencia
ante los “pobres indios”, para los segundos un sistema de discipli-
na y concentrado en pocas materias: “la regla de oro es enseñar
poco y bien y no mucho y mal”. La educación no era más que una
forma de dominación, de civilizar a las supuestas razas inferiores. 48
En este sentido, para Tamayo el indio no estaba destinado a
formar parte del grupo intelectual nacional, detrás de una preo-
cupación moral, se encontraba el carácter utilitario del indio. Su
papel entonces dentro de la integración tenía una sola finalidad y
esta era una función económica, el carácter productivo del indio,
el indio como “base de la energía nacional”, del poseedor de “la
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virtud del trabajo”. El indio integrado como empleado, como con-
sumidor, pero siendo dependiente y dominado. Su conversión en
colono y su incorporación a la “civilización” por medio de la edu-
cación, la vía de explotación de la energía india para el progreso
del país.
En el pensamiento de Tamayo se identifica al indio como un
recurso natural que sólo se puede hacer productivo con la educa-
47 Ibid., p. 35.
48 Su polémico adversario en cuestiones pedagógicas, Felipe Segundo Guz-
mán, fue más explícito: “La educación es la forma de adaptación a una civili-
zación superior y esa civilización es la europea y es blanca […] el dominio del
mundo corresponde a la raza dolicocéfala de cabellos rubios, de estatura alta y
otros signos de superioridad”, Felipe Segundo Guzmán (Camilo Segal), El proble-
ma pedagógico en Bolivia, La Paz, Velarde, 1910, p. 41.
49 Tamayo, op. cit., p. 23.