Page 21 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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22   Mario Magallón Anaya




            miembros(as) de la racionalidad identitaria de grupos, de clases,
            de comunidades, etnias y pueblos originarios de nuestra América
            y del mundo.
               Las diversas reformas educativas de las tres últimas décadas del
            siglo xx obedecieron a los dictados del capital empresarial nacio-
            nal y a las empresas globales, con la complicidad de los diversos
            Estados y gobiernos que hundieron, aún más, en la inequidad y la
            violencia a los países en el mundo, especialmente a los países en
            desarrollo o emergentes; donde los valores y principios morales
            regulativos de la convivencia y la solidaridad de la ética ciudadana
            y social se diluyeron hasta potenciar formas educativas excluyen-
            tes y selectivas, de raíz positivista, funcionalista e hiperpragmática,
            como respuesta a los intereses del capital y el mercado, donde la
            eficiencia y la eficacia potenciaron la competencia, la exclusión,
            la desigualdad social, el racismo y los problemas de género, con-
            secuencia del reacomodo y adecuación a los intereses del proyecto
            neoliberal y la desaparición del Estado liberal de bienestar keynesiano.
               De esta manera,

               La crisis puede ser una invitación al ensayo: América Latina, a decir de
               Simón Rodríguez, es el lugar de los ensayos, no sólo de los ensayos litera-
               rios y filosóficos, sino también de los ensayos sociales y políticos. Si los
               latinoamericanos se equivocan en este ensayar a pensar y a caminar
               sin ataduras de nada y de nadie, serán ellos mismos los que carguen
               con su fracaso, pero que éste no les sea impuesto por otros desde
               fuera. Ensayar en este caso, no quiere decir improvisar o quedarse al
               margen de los procesos socioeconómicos y científicos-técnicos, sino
               elaborar e intentar poner en marcha un proyecto propio, alternativo (que
               no marginal), que asuma lo mejor de la historia y de la cultura propia
               y del mundo, pero que tome en cuenta las condiciones y necesidades
               reales de estos países, sin olvidar las condiciones externas que las limi-
               tan por las relaciones asimétricas establecidas con los actuales centro de
               poder y que, desde ahí configurado, ese proyecto vaya siendo revisado,
               criticado, mejorado y valorado en la confrontación permanente con
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