Page 60 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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62   Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis)




            cer a la evolución social un plan hecho de antemano”,  sino como
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            motor de liberación. 31
               La utopía como representación, como construcción de las re-
            laciones de producción actuales y no de los planes a los que se
            conformarán las relaciones de mañana; como un método de in-
            vestigación. Una actividad de síntesis, la utopía deviene creadora
            por las relaciones nuevas que establece entre los hombres y las
            cosas.  Ella da una extensión aclaratoria a los tipos de organiza-
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            ción que han quedado en embrión por circunstancias históricas.
            Construcción que descompone la realidad dada en sus elementos
            y recompone éstos según hipótesis extraídas, a la vez, de la histo-
            ria social y de una idea nueva de la vida colectiva. No tiene nada
            de profecía, sino que se vuelve previsión operativa, ya que puede
            proveer  modelos de  funcionamiento  que  sostendrán el  esfuerzo
            de adaptación y de invención en un periodo de crisis o de transfor-
            mación revolucionaria.
               La utopía desde la perspectiva del anarcocomunismo se entien-
            de como un camino que orienta la acción. Un proyecto realizable
            que destruye para construir.
               Mannheim explicaba que la relación entre la utopía y el orden
            existente es una relación dialéctica. Se entiende por esto que toda


               30   Max Nettlau, “Introducción” (1926) a Joseph Dejacque, El humanisferio,
            cit., p. 5.
               31   Para Max Nettlau “La utopía es un fenómeno social de todas las épocas y
            es una de las formas primeras y más antiguas del progreso y de la rebelión, por-
            que el deseo de elevarse por encima de un presente que no parece aceptable más que
            para el usurpador y el disfrutador, y la esperanza de que se triunfará algún día,
            los medios para llegar, todo eso se transforma en reflexión para el porvenir, en
            visión de lo que podría hacerse, alternando en el organismo sano con el impulso a
            obrar con la acción, el trabajo, la investigación o el experimento presentes”. Max
            Nettlau, Esbozo de historia de las utopías, Buenos Aires, Imán, 1934, p. 35.
               32   Ernest Bloch, de forma semejante, manifestó que la utopía no es necesaria-
            mente abstracta o divorciada de la realidad, sino que es “un adelantamiento del
            curso natural de los acontecimientos”. Ernest Bloch, Principio esperanza, Madrid,
            Aguilar, 1977, p. XXI.
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