Page 106 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
P. 106
68 NIGOLAS MAQUIAVELO
fundado todo en promesas, encontrándose falto de otro
apoyo, fracasa; porque las amistades que se adquieren con
dinero y no con grandeza y nobleza de ánimo, se compran
pero no se tienen, y en los momentos de necesidad no pue-
des contar con ellas. Además, los hombres tienen menos
miedo de ofender al que se hace querer, que al que se hace
temer; porque el amor está mantenido por un vínculo de
obligación, que dada la malicia humana, se rompe por cual-
quier motivo de utilidad propia; pero el temor se mantie-
ne gracias al miedo al castigo que no nos abandona jamás.
Debe, no obstante, el príncipe hacerse temer de manera
que si no se gana el amor, evite el odio; porque puede muy
bien ser temido y a la vez odiado; lo que conseguirá siem-
pre que se abstenga de tocar los bienes y las mujeres de
sus ciudadanos y de sus súbditos. Y si alguna vez tuviera
que proceder contra la familia de alguno de ellos, ha de ha-
cerlo con causa manifiesta y conveniente justificación",
pero sobre todo, debe respetar la hacienda ajena, porque
los hombres olvidan antes la muerte del padre que la pér-
dida del patrimonio 10• Y además nunca faltarán pretextos
para arrebatar los bienes ajenos; y quien empieza a vivir
de la rapiña, encuentra siempre motivos para apoderarse
de lo de los demás; en cambio, los motivos para matar a
alguien son más escasos y duran menos.
Pero cuando el príncipe está con sus ejércitos y tiene a
sus órdenes a multitud de soldados, entonces es absoluta-
mente necesario que no se preocupe de la fama de cruel;
porque sin esta fama no se mantiene nunca un ejército uni-
do ni dispuesto a acción alguna. Entre las admirables ern-
inclinación humana al mal a la compleja e insidiosa «situación del hom-
bre en la historia» que a su estructura psicológica.
9 Para no caer en la infamia anteriormente comentada de «conren-
riendo», es decir, para no hacerse odioso.
10 Otro de los célebres comentarios de Maquiavelo sobre la maldad hu-
mana, que ha adquirido casi rango de proverbio. Sasso cita un breve es-
crito de 1512 en que se repite este mismo criterio: « ... gli uomini si dol-
gono piü d'uno podere che sia loro tolto, che d'uno fratello o padre che
fussi loso morto, perché la morte si dimentica qualche volta, la roba mai ... »
(Confrontar también a este propósito el comentario de L. Russo en Ma-
chiavelli, Universale Larerza, Bari 1966, pág. 26, entre otras.)