Page 112 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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74 NIGOLAS MAQUIAVELO
XIX
De contemptu et odio fugiendo 1
Puesto que ya he hablado de las cualidades más impor-
tantes de entre todas las mencionadas anteriormente, quie-
ro ahora discurrir brevemente acerca de las demás atenién-
dome a este punto de vista genérico: que el príncipe ha
de procurar, tal como en parte se ha dicho más arriba,
evitar todo aquello que le haga odioso o digno de me-
2;
nosprecio si así lo hace habrá cumplido con su papel
de príncipe, y sus otros defectos no representarán peligro
alguno para él. Le hace odioso, sobre todo, como ya he di-
cho, el ser rapaz y usurpador de los bienes y de las mujeres
de sus súbditos: de eso ha de guardarse; que la mayoría de
los hombres siempre que no se les quita ni los bienes ni
el honor viven contentos, y sólo hay que combatir la am-
bición de unos pocos, que fácilmente y de distintas mane-
ras puede ser refrenada. Lo hace despreciable el ser consi-
derado voluble, frívolo, afeminado, pusilánime, irresoluto:
de todo eso ha de guardarse un príncipe como de un esco-
llo e ingeniárselas para que en sus acciones se reconozca 3
grandeza de ánimo, valor, gravedad, fortaleza; y en lo que
toca a los asuntos privados de sus súbditos ha de procurar
que su sentencia sea irrevocable; manteniendo así su pres-
tigio de manera que nadie piense ni en engañarle ni en
confundirle.
El príncipe que da de sí esta imagen adquiere gran re-
1 De qué manera se ha de evitar al ser menospreciado y odiado.
2 Maqufavelo recuerda un tema ya desarrollado en los capítulos XIV,
XVI y sobre todo XVII.
~ Para Sasso, en contra de otras opiniones, el verbo empleado aquí, «si
riconosca», no es nada ambiguo. Parecer «grave, valeroso, etc.» sin serlo
podría ser peligroso, porque son virtudes pollticas, al igual que, según las
circunstancias, puede ser «virtud política» la falta ·de virtud ética, es decir:
la falta de piedad, lealtad o religión; recuérdese, en el capítulo anterior,
los ejemplos de Aníbal y Escipión.