Page 66 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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28   NIGOLAS  MAQUJAVELO

      troducir el desorden en sus estados para poderse adueñar,
      sin riesgos, de parte de ellos  Le fue fácil porque encontró
                                7•
      a los venecianos que, movidos por otras razones, estaban
      interesados en hacer entrar de nuevo en Italia a los fran-
      ceses; a lo que él no sólo no se opuso, sino que lo hizo aún
      más fácil con la disolución del anterior matrimonio del rey
          8.
      Luis  Pasó, pues, el rey a Italia con la ayuda de los vene-
      cianos y el consentimiento  de Alejandro; aún no había lle-
      gado a Milán que el Papa ya obtuvo de él tropas para la
      empresa de Romaña, que le fue así permitida por la repu-
      tación del rey. Ganada ya la Romaña y batidos los Colonna
      y sus partidarios, el duque,  queriéndola conservar y conti-
      nuar avanzando, se enfrentaba  a dos obstáculos: uno, sus
      ejércitos, que no le parecían  fieles; otro, la voluntad de
      Francia: es decir, que las armas de los Orsini, de las que se
      había valido, le fallaran y le impidieran no sólo ganar más
      territorio, sino que le arrebataran  lo ya ganado, y que in-
      cluso el rey no le hiciera algo parecido. Sus dudas sobre la
      fidelidad de los Orsini se confirmaron cuando, después  de
      la conquista de Faenza, asaltó Bolonia y vio su falta de en-
      tusiasmo; y con respecto al rey, comprendió sus intencio-
      nes cuando, tomado el ducado de Urbino, asaltó la Toscana
      y aquel le obligó a desistir de tal empresa 9. Así fue cómo
      el duque decidió no depender nunca más de las armas y de
      la fortuna de los otros. Y como primera provisión debilitó
      los partidos de los Orsini y de los Colonna en Roma; a to-
      dos los partidarios que tenían entre la nobleza se los ganó
      haciéndoles nobles suyos y ofreciéndoles grandes estipen-
      dios, y  honrándoles, en fin, según su cualidad con cargos


         7   Alejandro  VI necesitaba  una ocasión  que desequilibrara  por  com-
      pleto  la relación  de fuerzas  existente  en la  península.  Fue ésta  la  inter-
      vención  francesa  de 1499 favorecida  por los venecianos.  Volvemos  al ca-
      pítulo  VI, con «Era, dunque  necessario» ... ;  la problemática  de la ocasión,
      aprovechada o no según se tenga o no «vimh.
         s  Noca 24, cap. lll.
         9   Conseguida  Urbino,  quien  acosó  la Toscana  fue Vicellozzo  Virelli,
      que si bien  obraba  de acuerdo  con el Valentino,  formalmente  era  inde-
      pendiente.  Francia  siempre  defendió  de los posible  ataques  del Borja  a
      sus aliados  florentinos.
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