Page 91 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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para acrecentar así el suyo. Hicieron esto, porque no te-
niendo estado propio donde reclutar soldados y viviendo
de las armas, poca infantería no les daba bastante lustre y
mucha costaba demasiado de mantener; así que se limita-
ron a la caballería, que con un número soportable, les daba
menos gasto y más honor. Las cosas habían llegado a tal
extremo que en un ejército de veinte mil soldados apenas
se contaban dos mil infantes. Además de todo esto, se las
habían ingeniado para evitar, tanto a sí mismos como a
sus soldados, cualquier motivo de fatiga o temor, no ma-
tándose en combate y haciendo tan sólo prisioneros a los
que liberaban sin rescate. De noche no atacaban las ciuda-
des ni los de las ciudades atacaban los campamentos; no
construían alrededor de los campamentos ni empalizadas
ni fosos; no luchaban en invierno. Y todo esto estaba per-
mitido en sus ordenanzas militares e inventado por ellos,
como hemos dicho, para ahorrarse fatiga y peligros; y tan-
to han hecho, que han llevado a Italia a la esclavitud y al
oprobio.
XIII
De militibus auxiliariis, mixtis et propriis 1
Las tropas auxiliares, que son otro tipo de armas inú-
tiles, son aquéllas de que puedes disponer cuando llamas
a un poderoso para que con sus ejércitos te ayude y de-
fienda; como hizo, hace poco, el papa Julio, que habien-
2
do visto en la empresa de Ferrara la triste actuación de
sus tropas mercenarias, recurrió a las auxiliares y llegó a
un acuerdo con Fernando, rey de España,' para que con sus
gentes y ejércitos le ayudara. Estas armas pueden ser útiles
y buenas en sí mismas, pero para quien las llama son casi
De los soldados auxiliares, mixtos y propios.
1
2 Se alude al ataque, fundado en muy débiles pretextos, de Julio II con-
tra Alfonso de Este. Fracasado el intento de conquistar Ferrara, y perdida
también Bolonia, Julio II recurrió a la Liga Santa.