Page 118 - El fin de la infancia
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del cine guiaba sus pasos. Primero el sonido, luego el color, la estereoscopia y el
cinerama habían dado a las películas un aspecto cada vez más realista. ¿A dónde se
iba por ese camino? Se llegaría seguramente a la última etapa cuando el público
olvidara que era público y participara de la acción. Sería necesario estimular todos los
sentidos, y quizá también recurrir a la hipnosis, pero muchos creían que era posible.
Cuando se alcanzase la meta, la experiencia humana se enriquecería notablemente.
Un hombre podría convertirse —por un rato al menos— en cualquier otra persona, y
tomar parte en cualquier concebible aventura, real o imaginaria. Hasta podría ser una
planta o un animal, si fuese posible recoger y registrar las sensaciones de todas las
criaturas vivientes. Y cuando el "programa" hubiese terminado, habría adquirido un
recuerdo tan vívido como el de cualquiera de sus propias experiencias, en verdad
idéntico a un recuerdo real.
El proyecto era deslumbrante. Muchos lo encontraban asimismo terrible, y
esperaban que la empresa terminara en un fracaso. Pero sabían muy bien que una vez
que la ciencia declara que algo es posible, nada puede impedir que se lleve a cabo.
Esto, pues, era Nueva Atenas, y algunos de sus sueños. La colonia esperaba
convertirse en lo que hubiese sido la antigua Atenas si hubiese contado con máquinas
en lugar de esclavos, y ciencia en vez de superstición. Pero era aún muy pronto para
saber si la experiencia tendría éxito.
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