Page 51 - Primer libro VIM
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muchas de nosotras, personas con discapacidad, es así como sucede; y, por lo mismo, no es raro encontrar
a cientos o miles de personas con discapacidad (jóvenes, generalmente), profundamente agradecidas con
la vida, por esa nueva oportunidad de vivir.
Comprender la vida con gratitud y en todo su valor -desde una perspectiva de diversidad- ha sido, a lo largo
de estos años, uno de nuestros principales aprendizajes. Los tanatólogos hablan de tres fases por las que una
persona transita normalmente en un proceso de duelo, después de la muerte de un ser querido o de una
pérdida profunda; las cuales, pueden simplificarse en tres preguntas: ¿por qué? ¿Para qué? y ¿para quién? 22
Buscando sentido a la discapacidad
No es difícil coincidir en el hecho de que la pregunta más difícil, sin lugar a dudas, es: ¿por qué? Difícil porque
con frecuencia va acompañada de enojo, frustración, rechazo, negación: ¿por qué me tuvo que pasar esto a mí?
¿Por qué tuvo que ocurrir así el accidente? ¿Por qué me dispararon? ¿Por qué se tuvo que lesionar mi médula?
¿Por qué mis piernas o mis brazos o mi tronco, dejaron de moverse? ¿Por qué adquirí tal o cuál enfermedad?
En estos años hemos aprendido que esta pregunta en ocasiones
inmoviliza a muchas personas con discapacidad; pues las deja
instaladas en el pasado. En cambio, cuando comienzan a vivir el
Modelo VIM empiezan a conectarse con el presente y con el futuro;
su proceso de aceptación empieza a ser más rápido. La Gráfica 53
lo muestra con claridad: más del 60% logró asumir en poco tiempo
(menor a 2 años) la responsabilidad de su propia discapacidad; es
decir, su condición de persona con discapacidad. De hecho, el 25%
lo logró en un tiempo sorprendente: menos de 6 meses.
Ante la duda de si el Modelo VIM fue la causa que ayudó realmente
a que las 200 PCD motora se aceptaran como tales, la Gráfica 38 nos
presenta la respuesta de un modo contundente: más del 80% de los
encuestados reconocieron que el Modelo VIM los ayudó mucho o
muchísimo para ese propósito.
Resulta interesante apreciarlo desde las etapas en las que se
encontraban al momento de ser encuestadas las 200 PCD motora y, por
supuesto, después de haber vivido el Modelo VIM: prácticamente la
mitad de ellas (48%) había logrado ubicarse en la etapa de aceptación,
asumiendo su condición de persona con discapacidad. Poco más del 30%, se reconocieron personas con
discapacidad exitosas y felices, plenamente integradas en su entorno social (aún cuando algunas de ellas, el
10%, aceptaron que una o más de sus aspiraciones había resultado afectadas a raíz de su discapacidad). En
otras palabras, el Modelo VIM les fue de gran utilidad al 80% de las personas encuestadas, para alcanzar los dos
niveles más altos de asimilación de su discapacidad: la aceptación y la realización.
En cambio, para un 20% de los encuestados, el proceso ha resultado un poco más difícil: un 5% estaban
aún viviendo la etapa de depresión, al momento de la encuesta; casi un 10%, intentaban adaptarse; y, poco
menos de un 8% permanecían en estado de rabia, de negación o incluso, de conmoción.
Lo anterior puede apreciarce claramente en la Gráfica 52: para este 20% que no ha logrado superar las primeras
etapas, salir de la pregunta “¿por qué?” puede ser la clave en su proceso de aceptación. El problema es que no
22 Carlo Clericó Medina, Morir en Sábado ¿Tiene sentido la muerte de un hijo? Ediciones Paulinas, 2010.
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