Page 54 - Primer libro VIM
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encuestadas:  Gráficas 69 y 70) sino de toda una familia humana
                                                  igual  de  chueca  que  nosotros:  una  familia  de  seres  realmente
                                                  humanos.

                                                  Por  último,  queda  la  pregunta  del  ¿para  quién?  ¿Para  quién
                                                  tuvo su discapacidad mi hija, mi papá, mi esposa, mi hermano.
                                                  En última instancia ¿Para quién tuvo su discapacidad Santiago?
                                                  ¡Para  la  chuequez  de  México!,  decimos  sin  dudarlo  quienes
                                                  hemos seguido su ejemplo desde hace veinte años; para todos
                                                  aquellos que no nos sentíamos parte de algún grupo (como en
                                                  la gráfica 70); y, todos los que hemos sido beneficiados por el
               muy singular movimiento que él fundó. Pero cabría hacer la pregunta más allá, sin miedo, como lo
               hacen los niños: ¿y para quién más? ¿Para quién tuvieron su discapacidad las 5 mil personas que el
               movimiento ha integrado y rehabilitado en los últimos 13 años? ¡Para la chuequez de Cuba, de Panamá,
               de Colombia! dirán quienes han vivido los cursos de Vida Independiente que ya se han impartido en
               esos países.

               ¿Y para quién más? Podrían seguir preguntando nuestros insaciables niños imaginarios: ¡Para la chuequez
               del mundo y para enriquecer la conciencia humana de lo que significa vida en abundancia! En donde todo,
               absolutamente todo, tiene sentido. Una vida en la que no hay buenos ni malos, capaces e incapaces, normales
               y anormales, sino sólo singularidades que conocer o discapacidades que vivir.  Historias de rehabilitación, en
               las que cada ser humano tiene el derecho y el deber de asumir la responsabilidad de su propia discapacidad:
               Pues es su única e irrepetible ruta de acceso hacia su propia individualidad y la respuesta más profunda a su
               anhelo de plenitud.

               Hay todo un mundo implícito en cada discapacidad

               En las siguientes gráficas, le pondremos un aumento más al lente de nuestro microscopio social para hacer
               un recorrido por aspectos de la discapacidad motora que el común de las personas ni siquiera imagina.
               Aspectos que a primera vista pueden parecer, como ya hemos -advertido-, situaciones que lamentar o
               que pueden llegar a causar lástima entre quienes ignoran toda esta semiología de la discapacidad que
               el Modelo VIM ha venido descubriendo durante estas dos décadas y hemos querido compartir en estas
               páginas.

               Para nosotros representa uno de los más importantes aprendizajes como Vida Independiente México, a lo
               largo de todos estos años. Desde nuestra experiencia, no tenemos  duda de que cada una de estas situaciones
               o complicaciones, significa un modo distinto de ser en el mundo para la persona con discapacidad que las
               vive. Por eso creemos que las siguientes reflexiones pueden representar un recorrido de gran riqueza,
               al permitirnos visualizar una pequeña muestra de las infinitas variantes que pueden presentarse en esta
               porción de la diversidad humana: la de las personas con discapacidad motora.

               A  cada  paso,  nos  iremos  dando  cuenta  de  que  aún  dentro  de  las  200  PCD  motora  encuestadas,  hay
               innumerables diferencias. Vistas desde afuera todas podemos parecer igual de raras (como puede ocurrir
               normalmente cuando se está en presencia de un grupo de sordos, un grupo de ancianos o un grupo de
               niños); pero a medida que nos acercamos afinando la lente, empezamos a notar las enormes diferencias:
               como si cada quien reivindicara su propia rareza, su propia singularidad.

               La gráfica de la pregunta 18, es un buen  ejemplo de lo que estamos diciendo. En este acercamiento, vemos
               diferencias significativas entre personas que comparten la misma discapacidad motora: 123 personas de
               las 200 encuestadas, tienen o han tenido problemas de control de esfínteres; 71 han presentado escaras;
               36  casos,  han  presentado  escoliosis  (deformación  de  la  columna)  y  14  casos,  disfunciones  sexuales  o
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